"Me motiva que algunos me den por acabada"

Carolina Marín mira al futuro. Y 2022 debe ser el año de su reaparición y, por qué no, de su resurgimiento. El 2021, que tan ilusionante se presentaba tras la conquista de su quinto Europeo, se convirtió en una nueva batalla contra la cara más dura del deporte. Una lesión en la rodilla izquierda durante un entrenamiento en mayo, en plena preparación para los Juegos de Tokio, le apartó de la cita olímpica... y del Mundial de Huelva, sus dos grandes objetivos.

La cita mundialista, que acabó el pasado domingo, tuvo el lunar de no poder ver a la estrella onubense sobre la pista, pero eso no significó que estuviera ausente. Y no solamente porque toda la competición se disputó en el pabellón que tiene su nombre. “No se puede decir que haya estado parada... Iba de acto en acto, a la vez que seguía con mis entrenamientos. Pero claro que ha sido una experiencia un poco triste el no poder jugar para mi gente. ¡La de afición que me paraba y me daba ánimos! Con los buenos recuerdos que tenía del Europeo 2018, en el que logré el título ante mis paisanos. Me venían a la cabeza aquellas imágenes”, se sincera en AS la andaluza, de 28 años, que no paró de fotografiarse, firmar autógrafos, y poner todo de su parte para colaborar con el campeonato.

Reto. Su baja en el cuadro fue dolorosa. “El tiempo era muy justo y aún así intentamos llegar hasta el último momento, pero no fue posible, era arriesgar sin la seguridad de poder competir”, explica la onubense, que no obstante se quedó con la pena de no poder jugar en su tierra natal, aunque Huelva vuelve a estar en sus planes. “Barajamos que la fecha para volver a competir sea entre febrero y marzo. Sería muy bonito que mi reaparición se diese en el Masters de España que se celebra allí”, revela sobre un torneo que está previsto del 1 al 6 de marzo.

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Objetivos que se encaminan en una sola dirección, la de París 2024. Una cita a la que llegaría con 31 años, pero en la que espera volver a ser la alternativa al dominio asiático, tan evidente de nuevo en la reciente cita mundialista, en la que los jugadores de ese continente coparon todas las plazas de medalla de las cinco modalidades (desde individuales hasta los dobles mixtos), salvo dos medallas de bronce que conquistó Dinamarca. Que Carolina haya acumulado en su palmarés un oro olímpico, tres Mundiales, cinco Europeos... sigue siendo una gesta increíble en la historia de este deporte. “En el Mundial no vi mucho a las que deben ser mis rivales en esta nueva carrera olímpica, pero mi equipo se encarga de estudiar a cada jugadora. Ya habrá tiempo de ese trabajo, lo primero es volver a estar al cien por cien. Pero sí diré algo, creo que hay gente que me da por acabada, por muerta en la élite del bádminton, y eso para mí es una motivación más para darlo todo y volver a mi mejor nivel”.

Y en eso está. “En las dos semanas previas al Mundial hemos mejorado mucho. Lo que hemos probado con el menisco ha funcionado y hago entrenamientos de movimientos explosivos por la pista, pero aún no a nivel de competición”, cuenta Carolina, quien asegura que tanto ella como su equipo están satisfechos con los avances que se están logrando. Una recuperación en la que hay variantes con respecto a la otra vez que tuvo que levantarse de otro duro golpe físico, la lesión en la rodilla derecha de 2019. “Quizá los entrenamientos no son tan largos y de más calidad, unas cinco horas diarias”.

Porque, aunque el bádminton español avanza lentamente, aún ni se atisba alguien que se pueda acercar al nivel de la onubense. En el Mundial apenas llegó representación española a las fases decisivas. Y, “aunque aún queda Carolina para rato”, llegará un momento en el que tenga que poner punto final a su carrera. ¿Se lo ha llegado a plantear a raíz de su grave lesión? “Claro que sé que llegará un momento en el que mi cuerpo o mi cabeza no den para más. Pero sinceramente, no me lo he planteado en este momento. Trabajo sin que en mi mente entre esa posibilidad. Quiero seguir disfrutando del bádminton”.

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