Era 2015 y fue en el cross de Aranda. Allí descubrimos a un excepcional eritreo que ganó con apenas diecisiete años. Seis más tarde ha dado hoy una exhibición también en tierras burgalesas, pero en Atapuerca. Apenas habíamos llegado al ecuador de la prueba cuando Aron Kifle, cuarto en el último mundial de cross, lanzó un ataque demoledor que, primero puso a los demás en fila de a uno y, poco más tarde, terminó por dejar a todos detrás suyo. Por fin alguien derrotó este año a Rodrigue Kwizera, el burundés invicto que venia de ganar en tres domingos seguidos en Castellón, Soria y Lasarte. Aquí sólo pudo ser el mejor detrás de Kifle. Tercero fue Joel Ayeko y cuarto su compatriota Thomas. Los españoles con mejores sensaciones fueron Abdessamad Oukhelfen, quinto, y Carlos Mayo, octavo.

En chicas Atapuerca exhibió también su músculo en el poderío contratador y las ganadoras en Amorebieta, Soria o Lasarte no pudieron ni luchar por estar entre las diez primeras. De las catorce más rápidas en meta trece fueron africanas. La primera europea fue la italiana Battocletti, que entró duodécima y la primera española fue la sevillana Carolina Robles que entró décimoquinta. La local Celia Antón entró tres puestos más atrás y justo tras ella llegó la campeona nacional Irene Sánchez Escribano que, poco a poco, va recuperando su gran nivel tras su lesión. El triunfo fue para toda una desconocida fuera de su pais, la eritrea Rahel Gebre Yohannes que sorprendió en la recta final a Norah Jeruto, Beatice Chebet y Margaret Chelimo.

La sesión se cerró con el cross corto donde Abderrahman El Khayami sorprendió a Victor Ruiz en chicos. Y Marta Garcia a Esther Guerrero en chicas. El primero y la primera tienen ya billete fijo para el Europeo del 12 de diciembre en Dublín.