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BOXEO

La promesa es una realidad: Stevenson noquea a Herring

Shakur Stevenson se proclamó campeón mundial WBO del superpluma al imponerse a Jamel Herring. Su superioridad era mucha y el árbitro paró el pleito en el décimo.

Stevenson golpea a Herring durante su combate.
Top Rank

El día 'D' a la hora 'H', Shakur Stevenson no falló. Medallista de plata en Río 2016, el estadounidense ya había sido campeón mundial WBO del pluma e interino WBO del superpluma... pero en su cuenta debía. Su última actuación, ante el desconocido Jeremia Nakathila en junio, generó muchas críticas. "Aburrido" y "poco agresivo" fueron los calificativos que más se repitieron. Con 24 años le llegaba su primera gran prueba en el State Farm Arena de Atlanta (Georgia, Estados Unidos), y cumplió con nota. Dio un recital ante Jamel Herring, quien vio cómo en el décimo asalto el árbitro le paraba la pelea por su clara inferioridad. Se enfadó el ya excampeón, pero está bien hecho. El castigo era demasiado y las opciones de remontar, inexistentes.

Los datos esta vez si que resumen a la perfección lo que fue el combate. Stevenson iba ganando 90-81 (dos jueces) y 89-82 cuando se paró el pleito. Conectó164 golpes (99 de poder) por 99 de Herring... el recital fue mayúsculo. Shakur tiene una técnica increíble y lo demostró. Al inicio del combate, cuando Herring intentó sacar trabajo, el de Newark contragolpeó con gran criterio y tras los primeros rounds, el dominio fue para el joven. El medallista olímpico dominaba la distancia, entraba sin arriesgar, pegaba y salía. Herring tenía la guardia alta, pero la potencia que presentaba su oponente le hacía conectar siempre. Era un monólogo que en el noveno asalto se vio incrementado. Shakur cortó a Jamel en un ojo. Era feo y sangraba. "Olí sangre", apuntó el ganador después. Comenzó a trabajar esa herida y ante la inferioridad manifiesta (Herring sacaba prácticamente cero golpes), el árbitro detuvo las acciones mediado el décimo round.

Stevenson tuvo su noche de oro, la que se le reclamaba. Ganó 1,7 millones de dólares, la bolsa más alta de su carrera, según ESPN y dio un recital deportivo. Con una segunda corona oficial, Stevenson fue claro: "Quería una pelea divertida para enseñar mis habilidades, mi boxeo y mi poder. Quería enseñarlo todo esta noche. Quiero ser una superestrella, estoy aquí para durar muchos años. Sólo queda una pelea, la más grande de la división. Óscar Valdez no puede seguir esquivándome. No hay nada más que esperar". Shakur Stevenson es una realidad y quiere la máxima gloria.