Xavi Pascual regresa al Palau por primera vez como rival
El Dinamo de Bucarest, con los exazulgranas Sorhaindo, Gurbindo y Álex Pascual, se enfrenta al Barça en la cuarta jornada del grupo.
Más de una década al frente del Barça y despedido del club tras firmar la temporada perfecta (60 victorias en 60 partidos), y ahora se presenta en la que fuese su cancha, pero este jueves (20:45, Esport3 y DANZ) en el Palau Xavi Pascual estará en el otro banquillo, y en el vestuario visitante en plena reordenación del juego azulgrana que en el primer mes y medio de la temporada ha sumado ya dos derrotas.
El Dinamo de Bucarest que ahora dirige Pascual manda en la Liga rumana, se ha reforzado para dominar en su país y no ser un simple equipo del montón en la Champions. Xavi tiene una guardia de corps personal con los fichajes de su hijo Álex, extremo, el pivote Sorhaindo, y desde hace dos semanas de Gurbindo, internacional español que iba a jugar en el Vardar pero ha teminado en Rumanía, Los tres son exbarcelonistas, y además esta Dissingir, internacional alemán que estuvo fichado por el Atlético de Madrid el año que desapareció y llega también del Vardar, más Racotea (exBidasoa) y Ghedbane (Ademar) y con el catalán Javier Humet, lateral zurdo como Gurbindo, que tras jugar en la Asobal se ha asentado en Rumanía hasta el punto de jugar en su selección.
Para Carlos Ortega este partido de la cuarta jornada de la Champions tiene un punto de trampa: es favorito, tiene la obligación de ganar, y una derrota sería una catástrofre. Pero enfrente está el entrenador que construyó a ese equipo azulgrana y que conoce mejor que nadie las debilidades de todo el grupo.
Y otra ventaja del Dinamo: mientras el Barça va a por su quinto partido en ocho días, el Dinamo, que llegó este miércoles a la ciudad condal, viene más descansado porque la semana anterior no tuvo esfuerzo entre semana. Además, es el primer partido entre ambos clubes en toda la historia.
"Estoy muy satisfecho con mi decisión de venir a Rumania"
El Dinamo de Bucarest se enfrentará mañana (20:45 horas) al Barça en el Palau Blaugrana en Liga de Campeones en un choque muy especial para Xavi Pascual, el actual técnico del equipo rumano que, en un entrevista a EFE, se muestra encantado con su nuevo cargo.
Usted quería seguir en el Barça y salir del club fue un momento duro. ¿Ya no quiere mirar atrás?
Creo que en esta vida hay que mirar hacia adelante y es lo que hago. No sé lo que me deparará el futuro pero, ahora mismo, estoy contento con lo que tengo y soy feliz, que es de lo que se trata.
Dirigió su último partido con el Barça en el Palau, el pasado 29 de mayo, en la última jornada de la Liga ASOBAL. Mañana se sentará por primera vez, en casi doce años, en el banquillo del equipo visitante tras una controvertida salida del club, después de haber ganado todos los títulos sin perder un partido. ¿Algo que decir al respecto?
En absoluto. Lo único que espero es que todo lo que pasó con mi marcha del club no vaya en perjuicio de él. Soy del Barça, soy socio y muy culé. Al final, fuimos los socios quienes elegimos al actual presidente (Joan Laporta) y él es quien tiene la capacidad de tomar las decisiones. Si las toma, no queda más remedio que aceptarlas y es lo que hay que hacer.
¿Cómo son sus sensaciones ante el encuentro de mañana?
En este momento son normales, como las que tengo en cualquier otro encuentro. Con ganas de jugar el partido, de competir, y más contra el Barça, uno de los mejores equipos de Europa. Cuando esté en el Palau, seguro que serán especiales al ver a tanta gente que conozco y que hace tiempo que no veo.
¿Y será especial volver a ver a la afición?
Por supuesto, porque siempre me trataron bien y en los últimos partidos de la pasada temporada me demostraron todo su cariño y les estoy muy agradecido. Vamos a ver lo que pasa mañana.
Su contrato con el Dinamo Bucarest es por tres años y en septiembre fue también nombrado seleccionador de Rumanía en su segunda etapa. Trabajo no le falta.
Después de llegar al equipo, la federación rumana se puso en contacto conmigo y yo hablé con el club para ver si veían factible que pudiera compaginar ambas labores, y no hubo problema. La verdad es que me hacía ilusión porque en mi primera etapa (2016-2018) no puede acabar un proyecto que habría querido completar. Fueron unos años bastante buenos, pero ahora la situación es complicada y quiero ayudar en todo lo que pueda.
Cuando fichó por el Dinamo, usted comentó que le preocupaba que el equipo entrase en la Liga de Campeones ¿Por qué?
Porque es complicado para un equipo como el nuestro y considero que aún no estamos preparados al cien por cien para jugar a este nivel. Aun así, para nosotros es importantísimo, porque estamos creciendo, y el club está haciendo un esfuerzo espectacular para ser un asiduo cada año en esta competición.
Han fichado diez jugadores para esta temporada. ¿Tiene la plantilla que quería?
En primer lugar, algunos ya estaban fichados cuando llegué y el club ha hecho un esfuerzo para que el equipo sea mucho más profesional. Pienso que algunos fichajes ya han aportado este punto de profesionalidad y, evidentemente, ha cambiado la filosofía y la idea es llevarla a puntos más profesionales.
¿Ha sido una sorpresa haber podido fichar al internacional español Edu Gurbindo?
Una sorpresa agradable. Para nosotros, él es un jugador especial y su calidad está fuera de toda duda. Aportará algo que nos faltaba como es experiencia. Tanto él como Cedric (Sorhaindo) y Christian (Dissinger) aportan esa experiencia que nos faltaba en esta competición.
¿Se ha adaptado a la vida en Bucarest?
Esto no es Barcelona, pero se vive muy bien. Yo pienso que uno debe saber adaptarse a todas las situaciones de esta vida. Evidentemente vivir en Barcelona o Castelldefels, como era mi caso, era espectacular porque estabas en casa y lo tenías todo. Aquí lo tengo casi todo, no tengo queja de nada, pero es cierto que encuentro a faltar mis amigos y a mi hijo mayor Iván, que no está aquí. Estoy con mi mujer, Ana, y mi hijo Álex, que vive en otra casa.
Líder invicto de la Liga rumana y dando la cara en la Liga de Campeones. ¿Está satisfecho?
Estamos haciendo buenos resultados en la Liga, sobre todo frente a los equipos potentes de Rumanía. Lo que noto es constancia en los entrenamientos, entrenando duro, algo a lo que aquí no estaban muy acostumbrados y creo que hemos conseguido un nivel de exigencia, que no es aún el que me gustaría, pero que nos ha permitido dar un salto de calidad.
¿Qué le parece el actual Barça?
Evidentemente sigo al Barça, entre otras cosas, porque es un rival de mi grupo en la Liga de Campeones. Lo he visto jugar no solo los encuentros de la Liga de Campeones sino también los de Liga ASOBAL y la Super Globe. Lo que creo, y también lo creía cuando estaba en el Barça, es que cuando juegas con los grandes equipos puedes perder y tienes que aceptarlo. Igual que si juegas en la pista del Veszprém puedes perder o ante un equipazo como el Magdeburgo, como le ha pasado ahora.