Peregrinos con dorsal
Éxito del Red Bull Buen Camino, una carrera por equipos de 314 km por el Camino de Santiago, con victoria del Six Pistols de Fernando Carro o Maite Maiora.
Tres etapas, 314 kilómetros de recorrido por el Camino Primitivo y un innovador formato que mezclaba estrategia, convivencia y resistencia. La primera edición del trail Red Bull Buen Camino, experiencia pionera como competición deportiva que ha transcurrido por el itinerario de El Camino de Santiago, ha resultado un enorme éxito con tres jornadas llenos de emociones y momentos inolvidables para sus participantes.
Como señalaban todos los pronósticos los vencedores han sido los Six Pistols de Maite Maiora y Fernando Carro que, junto a Clara Viñarás, David López Castán, Imanol López y Jorge Fresnillo, se proclamaban campeones absolutos (22h 50:46) por delante de los más de 30 equipos que finalizaron a los pies de la imponente catedral de Santiago de Compostela y que se reunían en lo alto del Monto do Gozo para cubrir los últimos kilómetros del trazado juntos y poniendo de manifiesto el auténtico espíritu de El Camino de Santiago.
"Me esperaba una experiencia bonita, pero lo que no imaginé jamás es esta compenetración y este ambiente del que hemos disfrutado. Han sido tres días tremendamente buenos, y al final, aunque hayamos ganado, los triunfos suelen olvidarse pero las experiencias quedan de por vida”, aseguraba Maite Maiora, embajadora de Red Bull Buen Camino y capitana del equipo mixto vencedor. "Ha sido otra manera de competir, por relevos, algo diferente que me obligaba a recuperar entre tramos y además mantenerme activada. Es un formato muy diferente a lo que hago habitualmente, además aquí el componente de estrategia de equipo y descanso es fundamental. Me ha encantado”, finalizaba la atleta vasca.
Otro de los ganadores, el madrileño Fernando Carro, plusmarquista nacional de los 3.000 metros obstáculos y subcampeón europeo de la especialidad, mostraba su satisfacción en una especialidad en la que no está acostumbrado a competir: “Es una disciplina distinta a lo que estoy habituado y eso me ha obligado a adaptarme al medio, a la montaña. Lo he conseguido gracias a mis compañeros de equipo, que me han orientado a la perfección. He aprendido mucho, a ser un peregrino, un caminante... Me llevo una experiencia única. Hemos vivido en comunidad la esencia que transmite El Camino de Santiago pero desde un carácter deportivo y competitivo. Ha sido una fusión magistral que he disfrutado mucho”.