Pascual deja en 10 la racha de títulos de la Copa consecutivos

Xavi Pascual acabó el partido y se abrazó a los árbitros, Sabroso y Raluy. Ha sido un placer, parece que les dijo el entrenador catalán, lo mismo que a Montesinos, preparador del Sinfin. Era la despèdida en casa de un entrenador que se ha convertido en referente. Décimo título de la Copa Asobal consecutivo (de los 16 que tiene) para el Barça siempre con Pascual en el banquillo. Y se acabó. Esto es todo. Los tres próximos años estará en Rumanía porque el club catalán no cuenta con   él pese a que ahí deja su impronta. Le resta una semana, en Colonia, con lo mejores de Europa.

Que Xavi ganase tanto en la Asobal no tiene excesivo mérito, porque su plantilla es muy superior, pero que tenga a todos sus jugadores, estrellas, dispuestas para mantener la seriedad y el respeto a cualquier rival, eso sí es trabajo del entrenador.

No había duda de que el Barça iba a ganar en Santander, seguramente por inercia, por más que Montesinos plantease ataques lentos, y posesiones largas para gestionar la gasolina de los suyos, que el marcador no fuese alto para estar en el partido, y rezar para que Sánchez (mejor portero), Valles y Herrero Lon (premio al mejor jugoy máximo goleador a los 44 años) le diesen vida a los suyos. Y lo hicieron en la final: lo del sábado no fue casual.

Contra eso del rival, Pascual les pedía a los suyos recuperar su estilo de agresidad en la defensa, la contundencia en los contactos, y la velocidad en el ataque. Obligó al Barça a ganar con sus señas de identidad, y en la segunda parte ya no encontraron problemas los azulgrana, aunque tendrán que recapacitar porque en Colonia el fin de semana los rivales para los azulgrana van a ser de más entidad.

No jugó Raúl Entrerríos, por problemas físicos. Es decir, su despedida oficial en España con el Barça fue el sábado, casi a traición. Tampoco le necesitó su equipo ayer.