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UFC

Jairzinho, la hora de la verdad

Jairzinho Rozenstruik se enfrenta este sábado, en el UFC Las Vegas 28, a Augusto Sakai. Tras maravillar, lleva dos derrotas en sus tres últimas peleas.

Jairzinho Rozenstruik.
UFC

En las MMA perder el invicto puede marcar el punto de inflexión en una carrera. Algunos salen reforzados y otros se hunden para acabar lejos de lo que se esperaba de ellos. En ese punto medio se encuentra Jairzinho Rozenstruik. El de Surinam, de 33 años, llegó a UFC con un récord de 6-0. Sus cuatro primeras peleas en UFC las resolvió noqueando y subió muy rápido. Ngannou le frenó, pareció que recuperó el vuelo ante Dos Santos, pero volvió a caer frente a Ciryl Gane en febrero.

Esa última pelea, que cedió a los puntos (la segunda pelea de su carrera que iba a las cartulinas) dejó malas sensaciones. Hay dudas sobre lo que puede llegar a demostrar. Está ante la hora de ratificarse. Lo hará, este sábado en el UFC Las Vegas 28, frente a otro luchador que viene en una situación similar. Augusto Sakai (Brasil, 30 años) ganó sus cinco primeras peleas en UFC, pero vio cómo Alistair Overeem le frenó en septiembre de 2020. En su caso ya había perdido el invicto, pero debe demostrar que tras su paso por Bellator, puede dar guerra en la compañía más importante del mundo.

Jairzinho parte el sábado desde el puesto seis del ranking y Sakai desde el nueve. El primero esperaba un mejor ranqueado, pero "pelearé contra cualquiera que esté entre los quince primeros", ha repetido siempre. Debe demostrar su estatus. En las apuestas el favorito es Rozenstruik, aunque por un margen pequeño. Es lógico, ambos no están muy lejos sobre el papel. La pegada es la mejor arma de ambos, y ahí tiene ligera ventaja Jairzinho, pues ha noqueado en el 91% de sus victorias. Por su parte, Sakai ha logrado el 79% de sus triunfos por la vía del KO. El resto, a los puntos. Por tanto, se espera un combate de strikers que se llevará el que más acertado esté. El favorito llega presionado y ya ha avisado de que irá con todo para buscar un bonito final. Es un arma de doble filo, podría arriesgar más de la cuenta. El octágono pondrá a cada uno en su lugar.