Cincuenta horas de servicio comunitario para Semenya
La sudafricana, doble campeona olímpica de 800 metros, ha sido castigada por una infracción de conducción imprudente por exceso de velocidad.
La doble campeona olímpica de 800 metros Caster Semenya deberá cumplir 50 horas de servicio comunitario por una infracción de conducción imprudente por exceso de velocidad en su país, Sudáfrica, según confirmaron este miércoles a Efe fuentes de la Fiscalía. La atleta tuvo que comparecer el viernes pasado ante un tribunal de Pretoria tras haber sido arrestada el día anterior por conducir su coche de manera temeraria en una de las autopistas de la zona metropolitana ubicada entre la capital sudafricana y la cercana Johannesburgo.
"Se le impusieron 50 horas de exceso de velocidad", confirmó este miércoles a Efe Lumka Mahanjana, portavoz de la Fiscalía de Gauteng Norte (la región donde se encuentra Pretoria), que no dio más detalles del caso, si bien apuntó que en el momento del arresto Semenya quedó en libertad tras pagar una fianza de 500 rands (unos 36 dólares/29,5 euros). La corredora se declaró culpable en la vista y deberá comparecer de nuevo en los tribunales en agosto, una vez haya cumplido su castigo.
Semenya, de 30 años y considerada una heroína en su país, se encuentra en Sudáfrica entrenando para cambiar su perfil de corredora y adaptarse a competir en pruebas de 5.000 metros. Su especialidad eran los 800 metros -distancia en la que es doble campeona olímpica y triple mundial-, pero competir en esas pruebas actualmente no le es posible sin medicarse. Desde 2019, la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) impone una polémica normativa que obliga a las atletas a mantener sus niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses si quieren competir en pruebas de entre 400 metros y una milla (unos 1.600 metros).
Semenya, que es probablemente a nivel mundial el caso más conocido de una atleta con hiperandrogenismo, produce de manera natural una cantidad de testosterona superior a esos niveles. Por este motivo, la sudafricana mantiene desde hace tres años una dura pugna legal con World Athletics, organización a la que acusa de imponer unas reglas discriminatorias, antiéticas por obligar a personas sanas a tomar medicación y que violan los derechos humanos.
Pese a lo controvertido de la normativa y el respaldo incondicional que la atleta recibe desde su país y su continente, Semenya ya perdió un proceso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y un recurso posterior ante la Justicia ordinaria de Suiza (país donde tiene su sede el TAS). En febrero pasado inició un nuevo intento de tumbar la normativa al presentar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.