La fiesta de la Copa del Rey regresa a Madrid con público

Un año después el balonmano con público regresa a Madrid. De la Copa del Rey de las inseguridades en la Caja Mágica en 2020, a la de las limitaciones en el WiZink Center de 2021 con sólo 1.500 personas en un coliseo enorme, un porcentaje testimonial a modo de guiño de optimismo en esta primera cita del año en la Capital abierta a la afición, con la certeza de que el Barça será el campeón por octava vez consecutiva.

Los azulgrana, que el miércoles establecieron un récord en Europa (pleno de victorias en la liguilla de la Champions) llegan al completo, y aunque el Logroño saca pecho y Velasco apuesta por ser un equipo competitivo este viernes (20:00), una señal delata al equipo riojano: no ha reservado hotel para la noche del sábado.

Pero la Copa tiene ese aire de sorpresa, que en esta ocasión encierra revanchas que se mastican. Para el Ademar resulta casi vital derrotar al Bada Huesca en el partido que abre la Copa (12:00): acaba de clasificarse para los octavos de final de la Liga Europea, y además recupera a cuatro jugadores (el pivote Marchán incluido). El Huesca es la revelación, y el mes pasado le ganó al Ademar la plaza para la Copa Asobal.

Las cuentas pendientes del Bidasoa con el Benidorm (15:00) vienen del año pasado, cuando cayó sorprendentemente con los alicantinos que acabarían segundos. Latorre decía ayer que el "Bidasoa tiene un equipazo y es el favorito", aunque el entrenador levantino no cuente en realidad lo que le pasa por la cabeza.

Antonio Rama (Granollers) recordó que en 2018, en el Madrid Arena, "nos ganó el Puente Genil tras la prórroga y en los penaltis" comenta. Es decir, una derrota de las que no se olvidan y escuecen, Ahora el técnico del Puente Genil es Paco Bustos, y ha conseguido que su equipo llegue en ascenso a la Copa (17:30). Para el ganador el premio sería salir medirse al Barça en las semifinales...salvo sorpresa mayúscula