Una pareja de pioneras
Sandra Adell y Laura Trujillo arbitraron por primera vez un partido de la División de Honor masculina de hockey. Una situación normalizada en este deporte.
Pasó en noviembre. Sandra Adell acababa de arbitrar un partido de la Primera Nacional y se entretuvo hablando con conocidos junto a la grada. Mientras tanto arrancó el Club de Polo-Atlètic Terrassa de la División de Honor masculina. A los siete minutos, el árbitro principal se lesionó y no se vio en condiciones de seguir. Todos la miraron. Y ella se vio preparada. Era su estreno. "Hace dos años no me habría atrevido, pero en ese momento acepté porque vi que podía. Y me salió un buen partido", comenta. Este domingo repetirá en la reanudación de la liga de hockey después del parón invernal.
Ya en septiembre, en la Liga Catalana, ella y Laura Trujillo se habían encargado de arbitrar la final masculina, mientras que en la pasada Copa del Rey repitieron. Fue la primera vez que una pareja de árbitras pitaba un partido masculino de la División de Honor. "La mayoría de los jugadores ya los conocemos porque los hemos arbitrado en las categorías inferiores. Eso nos da seguridad", explica Trujillo. El hockey está a la vanguardia de la paridad arbitral, algo que "ya se ve con normalidad".
Sus historias son parecidas. Adell, que a día de hoy es la responsable de comunicación de Munich, nació con un stick en la mano. Miembro del Club Egara de niña, su padre es el presidente de la Federació Catalana de Hockey y su madre se encarga del proyecto Hockey Plus de adaptación de los jugadores discapacitados. Incluso, ha ayudado a que la empresa en la que trabaja diseñe unas zapatillas de hockey. Sigue jugando, como Trujillo, quien incluso ha sido internacional en categorías Sub-16 y Sub-18.
Laurine Delforge, pionera en Bélgica y referente
España sigue los pasos de otros países y esta pareja que rompe moldes el de otras pioneras. Bélgica es uno de los paradigmas en el que el hockey. No solo ha llegado a la condición de deporte popular y se ha covnertido en una referencia, sino que también las árbitras tienen su espacio en la máxima categoría masculina. "Laurine Delforge es una de las mejores del mundo. Árbitro en los Juegos de Río y ha estado en los grandes eventos. Ella empezó porque también era jugadora de nivel y por eso tuvo que arbitrar en categorías masculinas, porque no podía hacerlo en su misma competición", explica Adell.
Para ellas, el arbitraje es una manera de seguir vinculada al hockey, de "participar de otra manera". Trujillo, por ejemplo, ha logrado que encaje con su profesión: "Soy directora de un centro de atención a la drogodepencia en Terrassa. Trabajo de lunes a viernes, me dedico cien por cien. Estoy haciendo una segunda carrera y los fines de semana soy árbitra de hockey. Me lo tomo como un trabajo, el tema económico es secundario".