Steve Thompson y otros siete exjugadores con demencia demandarán a World Rugby
Acusan a la Federación Internacional, así como a la inglesa y la galesa, de no protegerles ante los riesgos de sufrir repetidos impactos en el cráneo durante su carrera.
Las contusiones en la cabeza son desde hace largo tiempo un problema de hecho en el rugby, que próximamente puede pasar también a serlo de derecho. Steve Thompson, exinternacional con la selección inglesa, Northampton Saints, Brive, Leeds y Wasps, que en su momento llegó a ser el talonador con más partidos en la historia de la Rosa y que formó parte del equipo campeón del mundo en 2003, va a demandar a la Federación Internacional, a la de su país y a la galesa.
Lo va a hacer en una causa colectiva con otros siete exjugadores. Todos ellos acusan a los citados organismos de no protegerles debidamente a lo largo de sus carreras de los riesgos inherentes al hecho de recibir constantemente golpes en el cráneo; todos ellos han recibido el mismo diagnóstico tiempo después de colgar las botas: demencia con posible encefalopatía traumática crónica.
En el caso particulpar de Thompson, asegura que ni siquiera recuerda aquella noche de 2003 en la que Inglaterra consiguió con el legendario drop de Wilkinson el hasta ahora único triunfo en un Mundial de un combinado del hemisferio norte. No es precisamente un hito baladí en su carrera y a su edad, 42 años, un problema como éste no es lo común.
Hasta donde se sabe por ahora, la encefalopatía traumática crónica solo puede ser causada por una sucesión continua de golpes en la cabeza. Únicamente se puede certificar que existe una vez el presunto afectado muere, ya que hay que diseccionar ciertas partes del cerebro para descubrir los daños reales.
En cualquier caso, la demanda que planea presentar el grupo supondrá el desembarco en los juzgados de un asunto que lleva tiempo atormentando a este deporte. Richard Boardman, del despacho de abogados que lleva el caso, asegura en The Guardian que está en contacto con más de 100 jugadores que empiezan a presentar los mismos síntomas que Thompson y sus colegas, como ataques de pánico, cambios de humos repentinos, pérdida de memoria...
Thompson asegura en el mismo diario que no le gustaría que sus hijos practicaran el deporte al que él entregó su juventud "tal y como es ahora". Añade que él mismo se arrepiente de haberlo hecho. Una fuente de World Rugby asegura que se toman "muy en serio la seguridad de los jugadores" y está "implementando programas de prevención de lesiones, tratamientos y estrategias educativas basadas en las últimas evidencias e investigaciones conocidas". Lo cierto es que el programa con el que Bill Beaumont salió recientemente reelegido pone cierto énfasis en ese aspecto. Pero el problema sigue enquistándose.