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NATACIÓN

El último sueño de Mireia

Mireia Belmonte está clasificada ya para Tokio, la badalonesa se marca igualar a Cal con cinco medallas olímpicas y aspira a ser abanderada.

Mireia Belmonte.
ÁNGEL SANCHEZDIARIO AS

A sus 30 años y con 14 dedicada exclusivamente a la natación, Mireia Belmonte ha ido cumpliendo sueños paso a paso. De ser campeona de España a subirse a un podio internacional por primera vez (2007), a ser medallista olímpica (2012) o ganar el oro (2016), para también proclamarse campeona mundial (2017). Incluso ha batido plusmarcas. En Tokio, sus cuartos Juegos, aún le quedan dos nuevos sueños: ser abanderada e igualar en medallas a David Cal, con cinco. Ahora mismo la española tiene cuatro (un oro, dos platas y un bronce).

La primera de sus metas no depende de Mireia, sino del Comité Olímpico Español (COE). La segunda, sí. Para ello, la badalonesa deberá reorganizar sus entrenamientos después de un ciclo olímpico lleno de imprevistos. Los últimos al margen de la pandemia, unas molestias inguinales que le obligaron a tratarse en agosto. "Aún me duelen, pero estoy bien", comentó la nadadora de la UCAM después de lograr su billete a Tokio, el sábado.

Con apenas tres semanas de entrenamiento estajanovista en Sierra Nevada, Mireia se ha centrado en este Circuito Internacional de Castellón en hacer las mínimas en los 1.500 y los 800 libre. Ayer lo consiguió en su segunda prueba, con un tiempo de 8:32.61, lejos de sus mejores marcas pero suficiente para marcar otra equis a su programa. "Lo primero, es que estoy sorprendida porque no sabía si lo lograría, pero cogí ritmo. Me queda trabajo, trabajo y trabajo. Y recuperarme bien. Quiero que llegue el día en el que pueda entrenar sin dolor", comentó a AS después de sus dos mínimas.

Ahora Mireia, que por su experiencia conoce su cuerpo y su optimización en el entrenamiento, deberá entrar en un segundo ciclo de preparación para centrarse en las mínimas en los 400 estilos y los 200 mariposa, pruebas en las que ganó medallas en Río y en el Mundial de Budapest, y en las que el estancamiento de las marcas a nivel internacional ayuda a la badalonesa. Katinka Hosszu, una de sus rivales, intratable en los estilos, ha renunciado a nadar el campeonato húngaro, consciente de que a sus 31 años debe bajar el ritmo y focalizarse solamente en Tokio. El año de demora ha sido un contratiempo para las nadadoras de más edad, aunque "también tenemos un año más para prepararlo", comentó recientemente la nadadora de la UCAM.

"No tengo más noticias sobre quién será abanderado. Siempre dije que para mí es un sueño. Voy a competir en mis cuartos Juegos, eso son 16 años en la élite. No todos pueden decirlo", cerró Mireia.