El Cuenca sufre para ganar en Pontenvedra al debutante Cisne
Su ataque se complicó en la pista gallega, y aunque tuvo diferencias para un final holgado, no resolvió el choque cuando pudp
El Incarlopsa Cuenca se reencontró con la victoria ante el Dicsa Modular Cisne (29-32), al que arrolló en el inicio, apoyándose en las paradas de Samu Ibáñez, pero fue incapaz de matar antes del descanso, con una pájara brutal en ataque y sin rotaciones, lo que le hizo sufrir hasta el final.
Venía el equipo de Lidio Jiménez de recibir un duro golpe ante el otro representante gallego de la categoría -el Frigoríficos sumó un punto en El Sargal con un gol de Alberto Martín a falta de cinco segundos para el final- pero en apenas un cuarto de hora dejó encarrilado el partido con un contundente 5-11 de salida. El portero Samu Ibáñez mantuvo el nivel del pasado sábado, demostrando que Jiménez puede estar tranquilo pese a la importante baja del internacional argentino Leo Maciel, a la que se unieron esta semana la del brasileño Leo Dutra, que ha firmado por el Wisla Plock polaco, y el lateral Federico Pizarro -Moscariello ya no jugó el anterior choque-.
El Cuenca alcanzó una máxima ventaja de siete goles sobrepasado el ecuador del primer acto (7-14, min.18), pero una pájara ofensiva -dos goles en once minutos-, los goles de Preciado y varias paradas de Pablo González, que había sustituido a Jorge Villamarín, permitieron al Cisne situarse a cuatro en el arranque del segundo tiempo (14-18, min.35).
Los visitantes siguieron atascados en ataque ante el 5-1 presionante ordenado por Jabato, y su entrenador pidió tiempo muerto (16-20, min.39). El Cisne, fiel a su estilo, siguió creyendo en una épica remontada y, aprovechando una exclusión de Sergio López, apretó el electrónico (20-22, min.43).
El Cuenca aguantó el empuje pontevedrés pero su falta de ideas en ataque, pese a disfrutar de dos superioridades -muy protestadadas por el técnico local, le obligó a sufrir al situarse el Cisne a un sólo gol a falta de cinco minutos (26-27). Pablo Simonet y Doldan oxigenaron a su equipo con dos goles casi consecutivos, y Nacho Moya acabó con el sufrimiento a minuto y medio de la conclusión.