La EHF expulsa por ausencia al Benidorm, que recurrirá
El equipo alicantino, que no pudo viajar a Austria para jugar la vuelta contra el Fivers por la cuarentena impuesta por las autoridades sanitarias, habla de "injusticia".
La Federación Europea de Balonmano (EHF, por sus siglas en inglés), decidió en la noche de este lunes expulsar al Balonmano Benidorm de la fase de clasificación a la Liga Europea por incomparecencia en el partido de vuelta que debía disputar este martes ante el Fivers austriaco (34-31 para el conjunto español en la ida).
El Benidorm no pudo desplazarse a Austria tras la decisión de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana de imponerle una cuarentena de diez días tras dar seis de sus jugadores positivo el pasado viernes en las PCR previas a su partido ante el Bada Huesca, que quedó suspendido. Una decisión que el club considera injusta toda vez que esos seis jugadores dieron negativo posteriormente en las pruebas serológicas y en una segunda tanda de PCR. Desde entonces sus responsables trataban de acordar un aplazamiento del partido con la EHF, que finalmente se ha decantado por la expulsión. El equipo ha solicitado su mediación a la Federación Española y recurrirá la decisión que le aparta de lo que podía haber sido la primera participación en competición europea de su historia.
"Queremos que se nos trate con justicia"
"Sólo queremos que se nos trate con justicia". Es la reclamación que hizo consultado por este diario en la mañana del lunes el presidente del Balonmano Benidorm, Javier Abínzano. Según pudo saber AS por representantes del club, la cronología de hechos fue la siguiente: en la madrugada del pasado viernes seis jugadores del equipo dieron positivo en las pruebas PCR previas a su partido de Asobal ante el Bada Huesca, que quedó suspendido. Se activaron los protocolos y se puso en conocimiento de las autoridades sanitarias pertinentes. Ese mismo viernes, a primera hora, se realizaron otros nuevos, los serológicos. Resultado: negativo. Los servicios sanitarios aragoneses permitieron entonces el retorno a Benidorm, donde el sábado la plantilla se sometió a una nueva ronda de PCR que tampoco arrojó ningún positivo. Se planificó el viaje a Austria para la tarde del domingo, pero por la mañana la Consejería de Sanidad valenciana les notificó que no podrían desplazarse y que debían someterse a una cuarentena de 10 días.
El club esgrimió el caso del futbolista del Real Madrid Martin Odegaard, que terminó siendo un falso positivo y pudo jugar ante el Betis en la última jornada liguera. No fue suficiente. Intervinieron la Federación, con el presidente Blázquez a la cabeza; el alcalde de la ciudad, Toni Pérez, y Javier Tebas, presidente de La Liga, que tiene los derechos televisivos de la Asobal. Tebas ofreció una tercera tanda de tests para salir definitivamente de dudas. La Consejería no permitió que se llevaran a cabo y reiteró lo notificado. El equipo se resignó a cumplirlo mientras trataba con la EHF un posible aplazamiento del partido, (una medida en la que contaba con la predisposición del equipo rival). También se está investigando en laboratorio si la partida inicial de pruebas PCR pudiera ser defectuosa.
"Hemos enviado esta mañana (por la del lunes) un informe médico realizado por el médico de la Federación y el nuestro en el que hacemos constar a la Consejería que no estamos de acuerdo porque no se ha producido ningún positivo real y en el que solicitamos, con toda la educación del mundo pero también con firmeza, que se nos levante el confinamiento, que no tiene ninguna razón de ser", cuenta a AS Abínzano, que no entiende por qué se les trata "de otra forma" en relación con deportes como el fútbol: "Ese es el problema".
Si el embrollo no se soluciona y el equipo termina perdiendo la posibilidad de clasificarse para la Liga Europea, la planificación del club quedará trastocada. "Nos hemos preparado pensando que podíamos pasar a la fase de grupos, con un calendario de unos 46 partidos, y hemos hecho una plantilla para esos 46 partidos. Lógicamente habría consecuencias", explica el presidente. En lo económico la viabilidad del club no quedaría comprometida, pero con la crisis derivada de la pandemia también sería un golpe: "Es un año complicadísimo. El número de socios se va a rebajar, nuestro aforo con las restricciones es de 400 personas, los patrocinadores han sufrido caídas de ingresos... Hay mucha incertidumbre y esto solo viene a complicar más las cosas innecesariamente".
En lo deportivo "sería una tristeza profunda, tirar por la borda todo el trabajo e ilusión de mucha gente". "Nos hemos ofrecido a hacer todo lo que haga falta. Simplemente pedimos que se nos trate con la misma justicia que a otros deportes. Si caemos en Europa, que sea deportivamente, no por culpa de una negligencia, por decirlo de alguna forma", sentencia.