Vall brilla en 200 braza en una competición sin medallas

Los 91 participantes del Open de Natación de Loulé (Portugal) convive en el mismo hotel bajo unas estrictas medidas sanitarias. Estas incluso determinan que no se repartirán medallas, por lo que los tres primeros clasificados se tendrán que conformar con su marca y el simbolismo. Entre ellos, y con los 30 integrantes del equipo español homenajeando al nadador de 20 años fallecido Ramiro Tossone, Jessica Vall brilló más que nadie, nadando por debajo de nuevo de la mínima olímpica en los 200 braza (2:24.83).

La catalana ganó la última prueba de una primera jornada frenética, de solo una hora cuando expiraba la tarde, con finales directas y rápidas. Inauguró la competición la prueba de 1.500 libre masculina, que, al contrario de lo habitual, se resolvió al sprint. Fue más rápido Albert Escrits, con 15:19.65, con el tercer puesto de su compañero de equipo en el CN Sant Andreu Raúl Santiago, con 15.19.97. La mínima olímpica les queda aún lejos (15:04.74). Más cerca se quedó Jimena Pérez, que ganó los 800 libre con 8:39.05.

En los 200 mariposa, Joan Lluís Pons, cuarto del mundo en 400 estilos, se impuso con 2:00.58, mientras que en categoría masculina Catalina Corró volvió a competir después de su última operación (de un tumor cerebral) y fue segunda con 2:13.86 en féminas. Brillante marca también en los 200 libre de César Castro. Sus 1:49.19 se quedó a poco más de un segundo de su récord de España, que logró en Glasgow cuando España estaba confinándose. Por último, en los 100 libre femeninos, se impuso Lidón Muñoz con un registro de 56.00. Álex Castejón se impuso en los 200 braza con 2:14.53.

En las pruebas no olímpicas, Juan Francisco Segura se impuso en los 50 espalda a un segundo del récord de España de Aschwin Wildeboer. El madrileño registró 25.42. Hugo González fue sexto con 26.25. En categoría femenina se impuso Paloma de Bordons con 28.40 y África Zamorano fue segunda con 29.45.