Las pegas de la pega obligan a apostar por un balón diferente
Las medidas higiénicas amenazan con adelantar entre polémica la popular resina que utilizan los profesionales para controlar el balón
La resina en el balonmano, la que los jugadores se aplican en las manos para evitar que el balón se les escurra (muchos se a colocan en la zapatilla para untarse constantemente), parece que tiene los días contados. Las medidas higiénicas obligadas por la pandemia de la COVID-19 aceleran el fin de la tradicional pega. La Federación Internacional de Balonmano (IHF) ya hace años que trata de buscar un balón que no necesite la colaboración de la resina en las manos, y lo ha probado en torneos internacionales de categorías inferiores invirtiendo hasta un millón de euros la firma Molten para dar con un balón que sea parecido al tacto y limpio.
Con la idea de rebajar los contagios, ahora en los países escandinavos lo prueban como posibilidad en la vuelta de la competición: menos pega, y si se juega con ella, hay que lavar el balón tras poco tiempo además de que la resina no se comparte, individual en todos los casos. En España, la Asamblea de la Española aprobó el sábado 13 de junio que se juegue sin pega en todas las categorías inferiores en la competición nacional. Juan Carlos Pastor, ex seleccionador nacional, apunta que “no se sabe aún cómo jugarán los profesionales sin la pega”. “Hay que ver cómo desarrollan sus habilidades, y lo que no se puede hacer en cualquier caso es reducir el balón, porque si ya no lo ven los porteros, para ellos sería aún más complicado”, relata el ahora técnico del Pick Szeged húngaro. Para Talant Dujsebaev, entrenador del Kielce, “no influirá en el juego, porque será igual para todos”, y además asegura que de esta manera “por fin los entrenadores también podremos llevar traje en el banquillo”. Sí, porque es uno de los grandes problemas de la resina en el balón, que si toca un traje… lo manda a la tintorería.
Un veterano como Alen Muratovic (Cangas) tiene claro que “jugar sin pega tiene sus inconvenientes para los que llevamos toda la vida con ella, pero será un juego más llmpio”, asegura. Otra de las quejas que sufre el balonmano cuando comparte pabellón con otros deportes, por la suciedad que genera el balón en las pistas. Pero Alberto Suárez (Villa de Aranda) apunta que “será como la gimnasia sin la magnesia”. “Si los balones evolucionan bien vamos a sufrir menos problemas, pero los jugadores van a tener complicaciones con muchos gestos técnicos”, advierte el ex seleccionador español.