Nadadores en el limbo
Algunos aspirantes a los Juegos de Tokio no pueden entrenar todavía debido a los criterios establecidos y al cierre aún de las piscinas.
El paréntesis en los entrenamientos de los deportistas que preparaban los Juegos de Tokio fue, obviamente, contraproducente para su preparación. Y, más aún, para los nadadores, que pasaron más de dos meses sin tocar agua. “El primer día no se acordaban ni de cómo se respiraba”, han comentado técnicos y atletas, quienes ya empiezan a recuperar sensaciones. Pero dentro de esos nadadores también ha habido clases.
La primera criba se produjo a la hora de dividir a los DAN (deportistas de alto nivel) por los centros de alto rendimiento. En el CAR de Sant Cugat se entrenan ocho nadadores (uno por calle) del equipo nacional, junto a dos júniors (Ainhoa Campabadal y Julia Pujades) que también son considerados DAN a su edad. En el CAR de Granada hay cinco nadadores concentrados, todos ellos DAN. Pero en Madrid la gestión no ha sido tan clara.
Si en todos esos centros retomaron la actividad el lunes día 18, en Madrid hasta el viernes día 22 no acudió el primer nadador. “Faltó agilidad en los exámenes médicos previos”, comentaron desde la RFEN. En el CAR de Madrid incluyeron solamente a cinco nadadores (“los que nos dejaba el centro, teniendo en cuenta que también hay de sincro y waterpolo”). Se trata de Hugo González, Nico García, Alejandro Puebla, Jimena Pérez (que acudió a Barcelona a estar con Fred Vergnoux) y Moritz Berg, que se encontraba en Canarias.
Fuera de esta criba han quedado otros DAN, como Fran Arévalo, con opciones de clasificarse para el relevo 4x200 libre en Tokio, o Juan Segura (en su caso no es DAN), que estaba a cuatro décimas de la mínima en los 50 libre, por lo que podría haber entrado en la categoría de interés nacional. La otra paradoja se ha vivido este lunes día 25, cuando los centros de tecnificación han podido volver a la actividad con los nadadores becados en Madrid y Barcelona y otras comunicades, la mayoría de ellos menores de edad, por lo que los juveniles han podido tocar agua antes que los que tenían serias opciones de ir a Tokio. Eso es decisión de las propias comunidades.
“Es como si un jugador de Primera División no puede entrenarse pero en cambio un juvenil de ese club sí”, declaró Juan Segura, quien acudió al pasado Mundial de Gwangju y ha sido en numerosas ocasiones campeón de España en 50 y 100 espalda y 50 libre. “Deberían seguir peleando para que se abran las piscinas. En mi caso, puedo estar cerca de ir a los Juegos. Podrían intentar que los que tenemos opciones o los DAN que no han entrado en esta primera selección nos ubiquen en un centro de tecnificación”, comentó.
Los criterios también han deparado situaciones curiosas. Álex Castejón y Joan Ballester, de Barcelona, se han quedado sin sitio en el CAR pero en cambio se les ha permitido viajar a Madrid para que entrenen en el centro de alto rendimiento residiendo en un piso pagado, mientras que Jimena Pérez está en la misma situación pero en Barcelona, entrenando con su grupo. “Hemos seguido peleando para que en fase 1 abran las piscinas para actividades deportivas y no recreativas, y seguiremos insistiendo”, repiten en la RFEN, que esta misma semana volvió la carga con otra campaña. Mientras tanto, hay una serie de nadadores que estarán en el limbo al menos diez días más.