"Nos sentimos como si abriésemos por primera vez"
Ramon Terrassa, director del CAR de Sant Cugat, explica los protocolos que deben seguir los deportistas en un centro totalmente cambiado.
“Nos sentimos como los pioneros que abrieron en el 87”, se arranca Ramon Terrassa, director del CAR, antes de empezar la entrevista.
¿Qué debe hacer un deportista cuando llegue al CAR?
Antes de entrar en materia, hubo una previa. Llevamos semanas preparando las pautas de entrenamiento y cómo funcionará todo. Estuvimos organizando el cuadrante, que es un sudoku, porque el entrenamiento es individual. Hay turnos e instalaciones concretas. No se pueden compartir espacios. Los deportistas rellenaron un cuestionario sintomatológico, todo deportista debe ser validado, y si hay dudas se le hacen pruebas. Luego también firmaron una hoja de consentimiento conforme se aceptan las pautas.
Y, después de eso, este lunes llegaron en coche. ¿Qué ocurre luego?
Primero, comprobamos que está identificado, que se adapta a esa cita previa y que tiene el permiso médico. Luego se le toma la temperatura y se comprueba que lleva la mascarilla, los guantes etc. Entonces se le enviará a la instalación asignada. Le diremos que aparque lo más cerca posible de la instalación, incluso en zonas dónde antes no se podía. Debe ir ya con la ropa de entrenamiento puesta. No hay espacios para cambiarse. Hemos vigilado los aforos.
Los nadadores, por ejemplo, ¿cómo lo hacen?
Deben nadar uno por carril y empezar en lados opuestos, es decir, unos en los carriles 1, 3, 5 y 7, por ejemplo, en un lado de la piscina; y, el resto, en los del otro lado y en los carriles restantes. Tendremos un equipo de personas que harán rondas o estarán fijas en la instalación para que se respete todo. Cuando unos deportistas acaban en una instalación, damos media hora de margen al siguiente grupo para desinfectar y que no se crucen. En las esperas es donde hay más riesgo. Luego, cuando un deportista acaba, va al coche y se va.
¿Y qué pasa con espacios comunes como el gimnasio?
Ya no será común, no mezclaremos grupos. Se tratará como una instalación más.
¿Qué grueso de deportistas y de personal tendrán la primera semana?
Aún lo estamos concretando, el sábado por la noche salió el BOE. De personal habrá unas 20 personas y en total tendremos algo menos de 100 deportistas, pero solo coincidirán unos 30 o 40 en distintas instalaciones por turno.
¿Qué pasa si un deportista da positivo?
Está todo previsto. Si hay sintomatología, rápidamente se le lleva a los servicios médicos y se le hace pruebas. Si se confirma, como representa que no ha estado en contacto con nadie, se pondrá solamente a la gente de su grupo en observación.
¿Hay muchas diferencias con las rutinas anteriores?
Va a ser muy diferente lo que haremos a cómo funcionábamos los últimos 33 años. Todo evoluciona, pero el centro ya tenía sus rutinas y dinámicas, y siempre buscábamos innovaciones. Ahora tenemos que recomenzar en un marco normativo cambiante, diferente, y que tiene fisuras. Y encima hay riesgos. Por un lado, no dormimos bien, aunque por otro lado tenemos ganas, sentimos esas mariposas en el estómago de abrir por primera vez. Ojalá pasemos dos días sin pensar en todo esto.
¿Cómo ha vivido el CAR la época de confinamiento?
Siempre ha habido profesionales trabajando. Tenemos 17 hectáreas con múltiples sistemas y tecnologías que no se puede parar. Hay mercancías peligrosas, desinfectantes, cloros, campos que requieren mantenimiento… Siempre ha habido un retén. Un equipo de seis personas que ha ido rotando tres horas al día. Ha habido algún incidente que se tuvo que reparar. Luego estuvimos tres semanas en la fase 0, con mayor actividad, realizando tareas de desinfección y diseñando protocolos.
Ustedes también acogen grupos de fuera que ahora no vendrán. ¿Cuánto pierden?
Cada mes facturábamos 250.000 euros y ahora ese dinero no lo tendremos. El ingreso será menos cuantioso.
¿Cree que cambiará el mundo del deporte y las rutinas en los CAR tras esto?
Mi impresión es que habrá una conciencia colectiva post-COVID19 que le dará más importancia a la higiene y a las prevenciones que antes no había. Puede haber un cambio cultural.
¿Cómo cree que se ha gestionado el entrenamiento de los DAN durante estos dos meses?
Tengo un punto de vista diferente. Creo que aquí se trataba primero de salvar la piel, de que estemos por lo principal, que es parar la pandemia y que hubiera el mínimo de gente afectada. La prioridad es la salud, es decirlo y aplicarlo con las consecuencias. Es una situación nueva, ya que no sabemos cómo atacarla. Todo cambia y no pasa nada, hay que tener una actitud de humildad.