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MONTAÑISMO

Los 14 ochomiles de Edurne: Katmandú era Ibiza, la 'traición' de la Coca Cola, 'papá' Juanito...

Edurne Pasaban recordó con sus compañeros en la montaña (Oiarzabal, Latorre, Txikon, Álvaro, Izaguirre, Mondinelli...) anécdotas en el 10º aniversario de sus 14 ochomiles.

Los 14 ochomiles de Edurne: Katmandú era Ibiza, la 'traición' de la Coca Cola, 'papá' Juanito...

Este 17 de mayo se cumplen 10 años de una de las mayores gestas del deporte español. Edurne Pasaban coronaba el Shisha Pangma y se convertía en la primera mujer en el mundo en hacer cumbre en los 14 ochomiles del planeta. Para celebrarlo, la montañera tolosarra reunió a sus compañeros de escalada en una charla digital en la que sacaron a relucir anécdotas de aquellas expediciones, detalles internos, emotivos y divertidos de sus vivencias durante aquellas ascensiones. Con nombres como Juanito Oiarzabal, Ferrán Latorre, Alex Txikon, Sebastián Álvaro, Asier Izaguirre, Silvio Mondinelli... Edurne quiso, ante todo, darles las gracias: "Sin vosotros, no sería Edurne Pasaban".

Lea la entrevista a Edurne Pasaban en AS por el aniversario

"Katmandú era Ibiza"

Alex Txikon, compañero de expedición de Edurne y muy involucrado actualmente en retos en el Himalaya, aseguró que el Nepal de entonces (finales de los 90 y la década del 2000) es muy diferente al de ahora, donde todo está enfocado al turismo de montaña y la economía. "Ha cambiado para mal", aseguró. Esto dio pie a que recordaran su paso por Katmandú y las fiestas que organizaban. "Hacíamos que Katmandú fuera Ibiza. Nos metíamos detrás de la barra, llevábamos nuestros discos y hacíamos de DJ. Se alargaba hasta las mil", recordó la montañera. 

La 'traición' de la Coca Cola

También hubo confesiones divertidas, como la de Ferrán Latorre. "Te debo una Coca Cola desde 2008", le dijo a Edurne. Y explicó, entre risas, una simpática anécdota. "En una expedición guardé una Coca Cola para tomármela contigo en la cumbre. Pero cuando nos íbamos a encontrar, me crucé con Gerlinde Kaltenbrunner (montañera austriaca que 'rivalizó' con Edurne en la carrera por los 14 ochomiles). Yo estaba enamorado de ella, así que le ofrecí beberla juntos. Te la debo", bromeó el catalán.

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Una mujer entre hombres

Edurne asegura que le debe todo a haber formado parte del equipo de Àl filo de lo Imposible', que comandaba Sebastián Álvaro. Él explicó que su mérito fue el haber seleccionado a buena gente en todos los sentidos. Y analizó el caso de Edurne. "La carrera de los ochomiles es durísima. Y se relacionaba con un mundo muy varonil. Cuando Edurne los conquistó, entiendo que se hizo justicia poética". Triunfó en un reto que ninguna otra mujer había conseguido, derribando muchas barreras.

'Papá' Juanito

También se repasaron las dificultades y problemas que tuvo la tolosarra en su carrera. El desencuentro con Juanito Oiarzabal, algo que el vasco aseguró estar "olvidado y cerrado", o la depresión de la montañera en 2006. "Luego, en 2007, fuimos al Shisha Pangma y ella no estaba centrada. Tuvimos que renunciar, pero creo que vimos ahí otra cara de Edurne. Todos hicimos piña y decidimos retirarnos", recordó Oiarzabal. Alguien que la conoció desde muy joven: "Nuestra relación era de amistad y profesional, pero creo que también fui una figura paternal, un segundo padre. Recuerdo cómo su familia me decía antes de las expediciones: 'Juanito, cuídamela".

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Primera ascensión sin su 'confesor'

Edurne recordó cómo, junto a Asier Izaguirre, recaudaron dinero para su primera expedición al Himalaya y, 15 días antes, Asier sufrió un accidente. Desde la cama del hospital le animó a seguir adelante. "Fue duro, escalaba con él desde los 14 años. Se me cayó el mundo encima. Él era mi persona de confianza. Ha sido el que me ha aguantado todo, los momentos malos, los lloros...". Izaguirre también aprovechó el encuentro para mostrar documentos e imágenes de las primeras ascensiones, que ni la misma Edurne recordaba: "¡Me los tienes que pasar!".

"No bebes hasta que llegues aquí"

Otra figura clave en sus primeros años fue el italiano Silvio Mondinelli, también presente. "Tuve mucha suerte en conocerla", contó. Y Edurne reveló cómo su figura fue clave para endurecerse en la montaña, para aprender a sufrir. Puso un ejemplo muy gráfico: "Recuerdo cómo bajando el Everest él me obligaba a hacerlo rápido. Se adelantaba para que yo le cogiera, consciente de que la bajada había que hacerla así. Yo le pedía parar y beber agua, y él aligeraba el paso, se colocaba 200 metros por delante y me decía: 'Hasta que no llegues hasta aquí, no te voy a dar agua. Y daba igual que me quejara, que le insultara... Me hizo más dura".

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Una celebración con tarta

Edurne quiso que el 10º aniversario de aquella gesta fuese una celebración para todos los que estuvieron con ella y les mandó a cada uno una tarta de cumpleaños con las velas y el número 10. Pidió que todos las soplaran a la vez "porque esto es de todos". Compañeros de fatigas, y de unas aventuras que forman parte de la historia del montañismo. Como aseguró Sebastián Álvaro: "Una mujer con la que se podía ir al fin del mundo".