Carlos Ortega: "De Alemania traería al directivo profesional"

Antonio Carlos Ortega (Málaga, 48 años) es uno de esos tipos únicos que ofrece el balonmano, por su humildad y su cercanía pese a ser una de las estrellas del balonmano español. Brilló como jugador en el Barcelona y en la Selección, un extremo zurdo irrepetible, que cuando se retiró decidió por seguir como entrenador, y tras pasar por el Antequera inició una carrera internacional magnífica: Veszprem húngaro, Kolding danés y Hannover en Alemania, con su paso también por la selección de Japón. "Esta experiencia internacional completa me ha formado como persona, pero si tengo que elegir una de ellas, me quedo con el paso por Japón; allí viví algo diferente, algo magnífico, el trato con los jugadores, la disciplina, el trabajo", ha contado esta mañana el español en la una conferencia virtual organizada por la Federación Español, con Juan Carlos Pastor también invitado.

Ortega, desde Hannover, asume que es complicado para los españoles entrenar en Alemania "porque si no dominas el idioma es difícil que te busquen", y señala que él entró gracias a contar con Iker Romero "porque él si habla alemán, es una persona de mucho prestigio del que todo el mundo habla bien, y dejó una gran huella e imagen en el Fuchse Berlín", pero recuerda que él no es el primer español en los banquillos alemanes, que antes ya estuvo Julián Ruiz.

Considera que la situación actual amenaza con un caos general en el balonmano mundial, "porque la crisis que se avecina es tremenda", y apunta que "nadie sabe cuándo va a reiniciarse la competición, ni doméstica ni internacional, porque ahora mismo no se puede asegurar si en octubre, por ejemplo, se podrá volar libremente por Europa".

Dice el malagueño que en cualquier caso él tiene a suerte de estar en la mejor liga del mundo para soportar estar situación, y de la Bundesliga dice que para España se traería "el público, que en Alemania está interesado por este deporte, que llena los pabellones, y sobre todo a los directivos profesionales, que tienen el balonmano como prioridad. En España, en los años de bonanza en los que vinieron jugadores increíbles, cuando hubo dinero se trabajó sólo en la primera plantilla, y se descuidó la estructura con directivos que se dedicaban en sus ratos libres. Eso no pasa en Alemania donde en el Hannover, por ejemplo hay diez personas dedicadas a trabajar para conseguir recursos, o a mantenerlos". 

De su carrera en la última década señala la gran ayuda que recibió de Chema Rodríguez en el Veszprem: "Fue, con Nagy, el gran fichaje del equipo. Y personalmente tuve una gran ayuda de él, tanto en el juego como fuera; él me echó una mano para que los jugadores entendieran lo que pensábamos, y él es el responsable directo de que Ilic, un tremendo jugador pero ya con unos años y en su decadencia, tuviese unas temporadas fantásticas".

En el Hannover tiene al extremo Ugalde a sus órdenes, pero fichar más españoles "es complicado porque ahora tienen un caché alto al que es complicado llegar", aunque vería con buenos ojos que su club pudiese "darle la opción de jugar un año más a Raúl Entrerríos si al final no llega a un acuerdo con el Barcelona", aunque también sabe de las limitaciones de su club hasta el punto de los refuerzos en la plantilla "para jugar casi tres partidos a la semana" vendrán del segundo equipo "como en la temporada anterior".