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TENIS DE MESA

Un robot de sparring

Álvaro Robles, el mejor español del momento, tiene a una máquina como rival durante el confinamiento. Persigue su sueño de estar en los Juegos de Tokio.

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Un robot de sparring

EI pasado año, Álvaro Robles consiguió un hito para la historia del tenis de mesa español. El onubense, aunque residente en Madrid, se colgó la medalla de plata en los Mundiales de Budapest. Fue en la modalidad de dobles junto al rumano Ionescu. En unos Juegos, la categoría válida es la de ambos de una misma nacionalidad, pero Robles se encontraba justo antes de la pandemia luchando por alcanzar un billete olímpico individual y otro en mixtos. Actualmente ocupa el puesto 79 del ranking mundial, y superar la barrera del 70 dejaba el objetivo al alcance de la mano. Tal como estaba de apretada la clasificación, las opciones eran "reales", según el propio jugador, pero con los Juegos aplazados, todo cambia.

El inicio del estado de alarma cogió tanto a Robles como a parte del equipo español jugando torneos en Qatar primero y en Omán posteriormente. En este último, Robles logró junto a María Xiao la plata en dobles mixto, el mejor resultado de España en un torneo de tal calibre. "Tras jugar la final, tuve una hora para coger el vuelo y llegar a España el 15 de marzo, ya que la posibilidad de cerrar las fronteras era cada vez más real en todos los países aunque por allí, en esos momentos, los casos estaban controlados", cuenta Robles a AS desde su piso de Madrid.

El CAR, en el que se entrena habitualmente, se cerró con bastante antelación ante el riesgo de contagios. "Al llegar a España, se pusieron en contacto conmigo los entrenadores y los preparadores físicos para seguir un plan de entrenamiento durante la cuarentena. La Federación me dijo que si veía bien tener un robot para intentar perder la menor práctica posible y lo acepté", explica. Ahora, es la parte principal del salón de su casa. "Tuve que mover los sofás y hacer un poco de hueco, pero aquí está conmigo. Usé una máquina similar el primer día que empecé a jugar, con 8-9 años. Ahora, casi 20 años después (cumple 29 a finales de abril) vuelvo a los orígenes".

Aunque pueda parecer aparatoso, Robles explica el funcionamiento de este robot de forma sencilla. "Tiene un mando para programarlo. Te envía la pelota al sitio que quieras y puedes restar al revés, de derechas (es zurdo) y te permite al menos mantener la intensidad y los reflejos. Luego obviamente hay otros más sofisticados, con bolas liftadas, cortadas y demás opciones. Tiene una capacidad para 200 pelotas, aunque yo habitualmente meto 150, y la mayoría de ellas se quedan atrapadas en una red en el lado contrario de la mesa. Alguna salta por el salón...", cuenta Robles sobre su sparring diario en el piso que comparte con su novia.

"Para mejorar y aprender siempre es mejor jugar contra otra persona. El robot es principalmente para mantener lo que ya tienes, porque si estás 20 días sin practicar luego te puede costar cerca de dos meses volver a estar al cien por cien y recuperar la forma", añade Robles, que compite en la Bundesliga alemana, cancelada hace semanas. Mientras, seguirá jugando contra su automatizado rival antes de volver a preparar el asalto a Tokio 2021: "Ojalá volvamos a la normalidad cuanto antes", añade con esperanza. Así sea.