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ESCALADA

Ginés se sube por las paredes

Alberto Ginés, escalador con pase para Tokio, le echa imaginación en su casa de Cáceres mientras sus padres combaten al coronavirus.

Alberto Ginés.

Al escalador Alberto Ginés (17 años) el Covid-19 le toca de lleno. Su madre es auxiliar de enfermería y trabaja en la UCI en un hospital de Cáceres, mientras que su padre ayuda a la desinfección de pueblos en los alrededores. "Ambos viven en una película", confiesa. Él, confinado en casa, intenta "evadirse" y centrarse en el entrenamiento... con lo que puede. "Obviamente no tengo rocódromo. La Junta de Extremadura me ha enviado material, como pesas, discos, gomas y una bicicleta. Podré prepararme mejor, pero es difícil", comenta el escalador, que en ocasiones intenta aprovechar el espacio milimétrico que hay entre los ladrillos en el exterior de su vivienda para trabajar "los agarres".

Tener que buscarse la vida para entrenar no es nada nuevo en la vida de Ginés, ya clasificado para los Juegos de Tokio pese a su juventud. La escalada la heredó de su padre. "Él practicaba este deporte por ocio, y yo lo probé con tres años. Al principio tuve miedo, pero luego te vas acostumbrando. El problema que hemos tenido siempre es que aquí apenas hay rocódromos. Hacíamos escapadas a Pau (Francia), incluso íbamos antes de las competiciones para entrenar: 800 kilómetros de ida más la vuelta para estar solo un día y medio", asegura.

Esas escapadas de niño y de adolescente, con su padre y los amigos de éste, le han ayudado a "ser más maduro, siempre he estado rodeado de gente mayor, y eso se nota". Con 12 años, ya se puso a las órdenes de David Macià, entrenador ubicado en Barcelona. El contacto era telemático (le enviaba las sesiones) hasta que en 2018 Ginés se trasladó a Sant Cugat: "Al principio me costó porque soy introvertido, pero luego vas haciendo más relaciones, sobre todo con los de atletismo".

El aplazamiento de los Juegos, algo que Ginés considera lógico ("no tenía ni pies ni cabeza hacerlo"), ayuda al español, que incluso va a tener más tiempo para competir y para prepararse cuando se flexibilice el confinamiento. Mientras tanto, se mantiene en contacto con sus rivales. Algunos de ellos son unos privilegiados. "Tienen muros en casa, o en Japón han seguido entrenando", desliza. Ir a los Juegos es un doble sueño para el extremeño, teniendo en cuenta de que hasta 2016 este deporte no entraba en el programa olímpico: "Es como un gran sueño hecho realidad. Antes solo pensábamos en ser campeones del mundo, ahora añadimos más tensión a nuestro deporte".

La escalada cuenta con tres disciplinas. La dificultad, la velocidad y otra que cuenta el recorrido. Ginés destaca en la primera. "Tenemos un Mundial cada dos años, un Campeonato del Mundo con seis pruebas, campeonatos de Europa, nacionales, autonómicos… Hay competición", prosigue. En el CAR compagina el entrenamiento con los estudios de segundo de Bachillerato. Después quiere hacer fisioterapia. Al contrario de otros deportistas, Ginés, durante el confinamiento, se sube por las paredes de no poderse subirse por las paredes.