El CSD considera "irresponsable" el confinamiento del equipo en Santander
La mayor parte de los olímpicos se encerraron en el CAR de la Federación para entrenarse y uno sufrió una infección de vías respiratorias.
Todos los deportistas españoles están confinados en sus casas desde la declaración del estado de alarma el 14 pasado de marzo. Todos, menos parte del equipo olímpico de vela, que por indicación de la Federación Española y tras suspenderse el Trofeo Princesa Sofía y el Mundial de 470 en Palma decidió trasladarse al Centro de Alto Rendimiento del que dispone en Santander. Un encierro que el Consejo Superior de Deportes (CSD) tachó hoy, según fuentes del organismo, de “insolidario e irresponsable”.
El de Santander es el único CAR abierto en España, pues el resto están clausurados como medida preventiva para frenar la expansión del COVID-19. La titularidad del de vela es de la RFEV y la gestión corresponde al ayuntamiento. Julia Casanueva, presidenta de la Federación, justificó la decisión de proponer a los regatistas volver al centro: “Habían estado dos semanas en Palma conviviendo con cientos de regatistas de distintas nacionalidades. Mandarles a casa hubiera sido un riesgo para ellos y todo su entorno”. Desde entonces, se entrenan en las instalaciones ‘en seco’ bajo la supervisión de técnicos y de la doctora María del Carmen Vaz.
Pero el CSD, al que la Federación dijo haber consultado previamente sin respuesta, ha reprobado a la RFEV mediante un escrito de Mariano Soriano, director general: “El real decreto por el que se declara el estado de alarma resulta de aplicación en todo el territorio nacional y su artículo 10 atañe directamente a las instalaciones deportivas. La consideración del CEAR de Vela como una instalación deportiva no deja lugar a dudas, ni tampoco que la actividad que en él se desarrolla tiene ese mismo carácter. El incumplimiento de estas medidas implica la activación del régimen sancionador contemplado en el artículo 20 del real decreto, además de llevar aparejada una notable irresponsabilidad social”.
Según fuentes del CSD, el equipo se habría entrenado en el mar durante los primeros días, “algo que está totalmente prohibido” y de lo que habrían dejado constancia “a través de las redes”. El CSD apunta que se ha advertido hasta en cuatro ocasiones a los responsables federativos del incumplimiento normativo y se había solicitado que saliesen del centro. También, que los entrenamientos grupales son “tremendamente irresponsables” por las posibilidades de contagio.
La RFEV reconoció que uno de los regatistas sufrió síntomas compatibles con una infección de las vías respiratorias altas que no fue a más, por por la cual el Servicio Cántabro de Salud determinó un aislamiento de dos semanas de todo el grupo.