Tzu Ying Tai despide a Carolina Marín hasta nueva orden
La taiwanesa remontó ante la onubense para meterse en otra final del All England, último torneo antes del parón por el coronavirus.
Carolina Marín no pudo volver a rugir en el All England. La onubense cayó este sábado en semifinales ante la taiwanesa Tzu Ying Tai (19-21, 21-13 y 21-11), y se quedó sin poder volver a la final de uno de los tres grandes del bádminton, que no pisa desde que lo ganara allá por 2015. Este domingo (no antes de las 16:00), Tai a peleará por su tercer título ante la china Chen Yu fei, aspirando a vendetta en una reedición de la final del año pasado.
Fue un partido de poder a poder ante la actual número dos del ránking femenino (estuvo en el uno 147 semanas, récord absoluto, y llegó a enlazar 31 triunfos seguidos, guarismos increíbles). Carolina (la séptima en la clasificación mundial) llegó en un estado de forma tremendo. Afilada, sobria, segura en sí misma pese al calvario que pasó no hace mucho con su lesión, se plantó en la penúltima ronda sin ceder un set.
Y el primer grito que retumbó en el Birmingham Arena fue el suyo. Pronto abrió brecha. A ratos mandó, anticipándose a su rival y presionando en la red, y a ratos, los pocos buenos que tuvo Tai en el primer set, le tocó defenderse con uñas y dientes. Sobre todo con un 20-15 para cerrar que acabó, con suspense, en 21-19. Parcial amarrado.
En el segundo, con volantes más lentos, tomó la iniciativa su rival, que abrochó un parcial de 0-5 de entrada. Pareció un punto de inflexión el 4-9, tras un punto tensísimo que cayó del lado de Carolina, pero fue un espejismo. Tai ya nunca cedió su posición de privilegio y forzó el tercero con un 13-21.
Para entonces Carolina hablaba mucho con su técnico, Fernando Rivas, síntoma de que ya no estaba tan cómoda en pista. La consigna de este en el segundo descanso largo fue clara: velocidad y calma. “Si no puede ser, no pasa nada. Seguiremos entrenando”. Y no pudo ser. El viento sopló a favor de Tai también en el tercero. Se permitió incluso alguna filigrana, como un golpe innecesario por detrás de la espalda que sin embargo le acabó valiendo un punto. Carolina, que hasta el intermedio del set se aferró al partido con uñas y dientes, perdió el temple y entregó una ventaja de siete puntos que ya no pudo recuperar. La cosa se quedó en 11-21 y la onubense se despidió de las pistas hasta nueva orden, con las competiciones venideras de bádminton aplazadas por la epidemia mundial de coronavirus.