Carolina Marín se queda en la orilla en Barcelona
Pese a dominar el primer set (21-11), la tailandesa Chochuwong creció y ganó los dos siguientes. El título aún se le resiste a la onubense en 2020.
Fue una final trepidante, con altibajos, una batalla. La energía de Carolina Marín minimizó primero el buen juego que ha desplegado la tailandesa Chochuwong durante todo el Spain Masters de Barcelona 2020. La onubense se reencontró consigo misma, imponente en la pista verde en el primer set (21-11). Pero su rival demostró porque es la vigésima del mundo e igualó en el segundo tramo (16-21). Pese al júbilo con el que el público de Barcelona trató a la española, la tailandesa se mostró infranqueable, sin fisuras en su juego y sin devaneos mentales (18-21). Carolina se queda en la orilla y sigue sin ganar un título en este agitado 2020.
Empezó con energía Carolina, como ya había advertido el día anterior. El primer punto, repleto de intensidad e intención en sus golpes, fue la tónica de un primer set dominado en toda su magnitud. Sin saber cómo meterle mano al juego de la onubense, Chochuwong empezó a cometer errores no forzados. Carolina se escapó (8-3). Con un gran despliegue físico, lo que le hizo llegar cómoda a los ataques de la tailandesa, Marín atrajó a la red para luego ganarle el punto (13-6). Siguió creciendo.
Muy completa, dejando boquiabierta a los espectadores con su capacidad para llegar a todos los volantes, Marín no aflojó, sino que deleitó con puntos desde todos los ángulos. Así se adjudicó el primer set, en apenas 16 minutos, por 21-11. El sino del segundo set fue el mismo. Chochuwong empezó dispuesta a jugarle en corto a Marín. Y la tailandesa resistió y encontró su momento (9-11). Chochuwong exigió a la jugadora entrenada por Fernando Rivas, que se vio 13-15 en contra y con una rival crecida en la pista. Marín, impaciente, empezó a rematar lejos de la red. Ese mal momento propició un “Carolina, Carolina” del público. La onubense, con 14-17, no pudo recoger el guante. El partido se precipitó a un tercer set (16-21).
Se las prometía felices Carolina con el 4-1 inicial, pero Chochuwong iba a vender cara su piel (5-5). Cada punto fue una batalla, librado a mil golpes y con mil matices. El partido fue avanzando entre la igualdad, superando la hora de juego (9-11). Chochuwong fue esta vez un bloque de hielo, no se fundió pese a que Carolina intentó abrasarla con sus golpes. El partido era eterno. Con 10-11, Chochuwong levantó un punto imposible. Ese 10-12 le dio aún más alas. Llegó a ir ganando 16-19, aunque la onubense se acercó 18-19 cuando falló una dejada. El primer match point para la tailandesa fue el definitivo. Cayó al suelo de rodillas y gritó suavemente. Un grito discreto como lleno de mérito.
El Centre Municipal d’Esports de la Vall d’Hebron, que fue una de las sedes de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92, disfrutó de lo lindo con cinco días de espectacular bádminton en todas las categorías: doble mixto, doble masculino y femenino y también individual. No solo Carolina Marín fue el centro de atención, pues otros partidos realmente atractivos congregaron a centenares de aficionados, asombrados con los puntos duraderos especialmente de la categoría de dobles. Pese a no ganar, Carolina se llevó el cariño de los más de 500 espectadores que disfrutaron de esta mañana de domingo.