Francia vuelve a conquistar Cardiff diez años después

Francia no ganaba un partido del Seis Naciones en Cardiff desde hacía diez años. Hasta este sábado. El Gallo rompió esa funesta racha en el Milenio (23-27) tumbando a una Gales pastosa, que no termina de despegar con Wayne Pivac al mando.

Todo lo contrario que los bleus con Galthié. El carismático exinternacional ha operado un lavado de cara en la selección francesa que cuesta explicar porque hace escasos meses eran un grupo sin alma, en una dinámica de reconstrucción constante que nunca terminaba de dar frutos. Quizá sea su valentía metiendo de lleno en el equipo a la generación de los dos Mundiales sub-20 consecutivos, los Vincent, Bamba, Gros, Marchand, Woki, Ntamack... O quizá sea la incorporación de Shaun Edwards al staff (este sábado, en el que se enfrentaba por primera vez al país en el que ha prestado sus servicios los últimos años, era uno de los hombres más buscados por las cámaras), epítome de la bisoñez defensiva que ha costado más de un ridículo últimamente.

Habría que ver también que cuota de culpa tiene el preparador en la gran eclosión de Dupont y Ntamack, apoyada en el crecimiento exponencial de Bouthier, Ollivon, Rattez o Alldritt. Sea como sea, a Francia se le han alineado los astros a tres años vista de su Mundial y con un equipo al que no se esperaba aún. Caprichos del deporte (o no), llegarán invictos a Murrayfield en dos semanas. Y si salen de ahí con un triunfo pueden jugarse el título en casa ante el Trébol o, en función de los resultados que se den hasta entonces, incluso celebrar en Saint Denis su primera copa desde 2010. 

De vuelta a Cardiff, el más madrugador esta vez fue Bouthier, que aprovechó un error de manos de Halfpenny en una patada alta y se coló por el costado derecho para anotar el primer ensayo del partido. Siguió otro de Willemse en el 29', tras una touch, y antes Matthew Carley anuló una auténtica obra de arte fabricada entre Bouthier, Vakatawa, Ntamack y Fickou por un adelantado del primero. Francia burbujeaba y Gales, espoleada por su público, jugaba a ratos. 

El Dragón rozó el ensayo al filo del descanso, pero el telón de acero en que ha convertido Edwards a la defensa francesa le negó el paso. En el 47' se repitió la historia y esta vez sí consiguió entrar Lewis. Duró poco la alegría galesa. Cuatro minutos después Ntamack le adivinó un pase a Tompkins y su galopada solitaria terminó en la zona de marca. Ya en la recta final Biggar le puso picante al guiso, dejando a los británicos a cuatro puntos con seis minutos por jugarse. No hace mucho, Francia habría claudicado en una situación así. Pero corren nuevos tiempos al norte de los Pirineos. 

Italia huele a cuchara de madera... otra vez

Todo indica que Italia sumará su 15ª cuchara de madera en 20 participaciones en el Seis Naciones. La derrota ante Escocia de este sábado (0-17), en el duelo de colistas en el Olímpico de Roma, parece condenar a la Azzurra al farolillo rojo una vez más.

Al mando de Franco Smith, los transalpinos han dejado buenas impresiones en determinados tramos de todos los partidos, pero siguen sin competir durante 80 minutos. En esta ocasión, le negaron el bonus ofensivo al Cardo, para el que posaron Hogg, en la primera parte, y Harris y Hastings en la segunda.

Poco a lo que aferrarse teniendo en cuenta que suman 25 derrotas seguidas en el torneo y aún tienen que medirse a Irlanda e Inglaterra, con lo que la cuenta puede ampliarse a 27 y serían cinco ediciones sin conseguir un triunfo. Más munición para los que defienden que la cita se abra a cambios y que Georgia, punta de lanza del Tier 2 europeo, tenga opciones de disputarlo.