Inglaterra recupera la Copa Calcuta bajo el chaparrón
La Rosa se impuso en un partido bronco, marcado por la superborrasca Ciara, y sumó su 71ª victoria en el trofeo más antiguo del Seis Naciones.
Se cumplieron las previsiones. La superborrasca Ciara descargó un aguacero sobre Escocia, convirtiendo la Copa Calcuta en una guerra de trincheras que encumbró a Inglaterra. La Rosa sumó su 71ª victoria (6-13) en el trofeo más antiguo del Seis Naciones y lo recuperó tras dos años de préstamo en Edimburgo.
Que el clima sea protagonista en esta crónica va en el debe de ambos equipos. En las delanteras hubo rugby suficiente para deleitar a los más puristas, pero el viento, el agua y la falta de ideas en las líneas de tres cuartos redujeron el choque a un intercambio de patadas y una sucesión interminable de melés y touchs.
Ahí se impuso el oficio de Inglaterra, entre dos equipos en horas bajas el menos predispuesto a inmolarse este sábado. Los 15 errores de manos de Escocia serían achacables al mal tiempo si no fuera porque en otro contexto son igualmente capaces de alcanzar esos guarismos y porque los visitantes se quedaron en 'solo' seis.
Es justo decir aquí que fueron los caledonios los que más empeño pusieron y durante largos tramos tuvieron a su merced a una Selección que parecía que se iba a comer el mundo (en palabras de Eddie Jones, aspiraban a ser "el mejor equipo de rugby que el mundo haya visto jamás") tras tumbar a Nueva Zelanda en semifinales del Mundial. Luego vino Yokohama, los problemas de Saracens y el resto de la historia, que no acaba con este triunfo, ya es conocida.
Pero con poco, muy poco, Inglaterra tuvo suficiente para salir airosa de Edimburgo. Y eso es para que Townsend, que a este paso puede estar en su último Seis Naciones al timón, se lo haga mirar. Sólo hubo un ensayo, de Ellis Genge en el 70', para romper el 3-3 que imperó en el marcador desde que Hastings, en el 46', respondió al golpe de castigo pasado por Farrell en el 10'. El posado vino precedido de un nuevo error de Hogg, que en su primera edición como capitán no termina de encontrarse. Esta vez se lió intentando recoger una patada en su propia 22 y solo consiguió anular, de milagro, con el vientre. En la melé a cinco posterior se impuso el pack inglés y Genge acabó entrando. Después Hastings pasó otro golpe y Price, necesitando Escocia un ensayo para empatar y retener la Copa, decidió patear a un minuto del final y regalarle la posesión a Inglaterra. Eso y los ingleses recogiendo el trofeo ante unas gradas ya semivacías por el chaparrón fueron el epitafio perfecto de un partido que devuelve a Inglaterra sus aspiraciones al título, pero que nadie recordará.