A la final por la puerta grande
La Selección masculina tumba a Croacia con una gran defensa y tres goles de Munarriz. También peleará por el oro el domingo ante Hungría o Montenegro.
El más balcánico de todos los españoles, Alberto Munarriz, el coloso navarro, lanzó con rabia a falta de un segundo para acabar la posesión. Su remate, mientras sonaba la bocina en el Duna Arena, lo tocó Bijac pero entró en la portería. Era el 9-7 a falta de un minuto para que finalizaran la primera semifinal de estos Europeos de Budapest, en la que España, de nuevo, disputará el partido por el oro el domingo a las 19:00. Una proeza de los de David Martín, que ya fueron plata en el Europeo de 2018 y en el Mundial de 2019. El waterpolo español sigue viviendo un sueño. De Barcelona a Budapest, pasando por Gwangju.
El ritmo español es inalcanzable en este Europeo. No hay equipo que sea capaz de aguantar todo el partido a ese nivel de intensidad y de concentración. Los jugadores de David Martín compiten con una batería de última generación, y así siguen invictos. Empataron ante Hungría en la fase de grupos, ganaron a la campeona olímpica, Serbia, y esta tarde han hecho lo mismo con Croacia, subcampeona olímpica. España ya es el terror de los Balcanes.
El partido fue una partida de ajedrez. España sometió a Croacia a un examen en cada ataque. Macan, en una superioridad, adelantó al equipo en el que juega el español Xavi García. España no aprovechó ni una de sus cuatro superioridades, pero la sensación que transmitía era que de nuevo estaba construyendo la victoria desde la defensa (0-1). Era cuestión de tiempo que cambiara su racha en ataque.
Aparecieron los lanzadores. Granados empató con un extraordinario giro de muñeca, mientras que De Toro, Munarriz y Delgado llevaron de nuevo la igualada antes del descenso (4-4). Croacia resistía, López Pinedo seguía con un porcentaje de acierto de más del 70% y la mentalidad española, que hipnotiza a los rivales, se mantenía inalterable. No estuvo cómoda Croacia, y solo encontró consuelo en sus superioridades (50% en el tercer cuarto).
Lejos quedaron aquellas épocas en las que la Selección masculina se atascaba en ataque. No habían aparecido aún ni Perrone ni Tahull, quienes sorprendieron para colocarse 8-7 en a falta de cuatro minutos. El boya del Atlètic-Barceloneta marcó un gol espectacular al recibir de espaldas y girarse para anotar a máxima velocidad. Lejos también quedaron aquellas épocas en las que los boyas balcánicas se comían a los españoles.
La desesperación del banquillo croata contrastaron con la energía que transmitía Martín, que saltó sin grilletes después del tanto de Munarriz. Quedaba solo un minuto. Vukicevic marcó el 9-8. El partido se durmió en las manos de Perrone, la calculadora de una España que está haciendo historia y que quiere ganar su primer oro europeo en la cuna del waterpolo.