Nuevas acusaciones de dopaje y corrupción en la halterofilia
La televisión pública alemana ha destapado presuntas irregularidades en el manejo de fondos de la Federación Internacional y en la gestión de los controles antidopaje. El COI, "preocupado".
La halterofilia vuelve a estar en el ojo del huracán. Una serie de reportajes de la ARD, la radiotelevisión pública alemana que ya destapó en 2014 el sistema de dopaje que ha llevado a la expulsión de Rusia de las competiciones internacionales durante cuatro años, ha revelado presuntas irregularidades en el manejo de fondos de la Federación Internacional, así como en la gestión de los controles antidopaje.
Novedades que el Comité Olímpico Internacional considera "muy serias y preocupantes".Bajo el título Secret Doping - The Lord of the Lifters (Dopaje Secreto - El Señor de los Levantadores), la cadena revela que cerca de la mitad de los 450 medallistas mundiales y olímpicos de esta disciplina no pasaron un solo control fuera de competición en el año que ocuparon el podio en el periodo comprendido entre 2008 y 2018.
No solo eso, sino que algunos técnicos encargados de realizar las pruebas habrían aceptado dinero de levantadores para sustituir sus muestras por otras limpias. Esta acusación se desprende de una grabación realizada de forma secreta a un doctor del equipo de halterofilia moldavo, Dorin Balmus.
La lista de revelaciones continúa con el testimonio de la tailandesa Siripuch Gulnoi, cazada confesando haber tomado sustancias dopantes antes de conquistar un bronce olímpico en Londres 2012. En la grabación, también secreta, afirma que las drogas consumidas le pusieron la mandíbula "como la de un hombre" y que le salió "bigote". Añade que los responsables de administrarle los productos "no podrían estar menos preocupados al respecto" y que hay halterófilas tailandesas que ya a los 13 años utilizaban estos métodos para competir en certámenes nacionales.
Los reportajes también dan cuenta de la existencia de documentos que prueban que cerca de cinco millones de euros procedentes de fondos del COI destinados a financiar a la Federación Internacional fueron desviados a cuentas en Suiza de las que sólo el presidente federativo, el rumano de origen húngaro Tamas Ajan, tenía constancia.
El COI, que tenía previsto tratar esta situación en la reunión de su comisión ejecutiva en Lausana este miércoles, ha armado una investigación sobre la confesión de Gulnoi, según informa The Guardian. En un comunicado, el Comité Olímpico Internacional considera las acusaciones "muy serias y preocupantes". "El COI se pondrá en contacto con la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) con la intención de mantener a todos los implicados en estos presuntos incumplimientos del Código Mundial Antidopaje fuera de los Juegos Olímpicos", afirma el texto.
La Federación Internacional ha dado su versión particular en otro comunicado. Aseguran que el presunto desvío de fondos procedentes de los ingresos por derechos televisivos de los juegos ya fue examinado por su ejecutivo y la Comisión de Ética del COI y que se resolvió que "no faltaba dinero". Añaden que "todos los ingresos olímpicos fueron contabilizados y documentados debidamente en las cuentas bancarias oficiales de la federación, ninguna de ellas secreta". También que se toman muy en serio las acusaciones, pero que hay otros errores en la información emitida y que les preocupan particularmente "las revelaciones de lo que podría ser un dopaje sistemático de atletas júnior".
Las quejas han llegado también de la agencia antidopaje húngara, que se considera tratada "de forma maliciosa" en la pieza, y del propio COI, que aclara que no estaba "en posesión de la mayoría de documentos en los que se basa el reportaje, en concreto aquellos referidos a las estadísticas de dopaje y las irregularidades financieras".