La última frontera de Kipchoge
El keniano bajó de dos horas en maratón en 2019 en Viena, para el año 2020 persigue ser oro olímpico. Además, correrá la maratón de Londres 105 días antes.
Eliud Kipchoge, un reflexivo keniano que se entrena con estilo espartano en Kaptagat, derribó en 2019 una de las grandes barreras del ser humano: las dos horas en los 42.195 metros, la distancia de la maratón. Corrió en 1h 59:40, el 12 de octubre en Viena, pero lo hizo de manera heterodoxa, lejos de la normativa de las competiciones serias. Diferencias: Eliud llevó liebres permanentes, que le protegían en forma de flecha; rodó en un circuito sin rivales (cerrado y no homologado); tuvo avituallamientos móviles y los controles antidopaje no fueron oficiales. Eso sí, la gesta, de trascendencia mundial, impresionó, 2:51 cada 1.000.
Mención aparte merece el modelo de zapatillas que empleó, las Nike Alphafly, un prototipo no comercializado con placa de fibra de carbono, cuatro airbags y del que se desconoce el margen de mejora (se baraja un 6% de ahorro de energía). El debate sobre las ventajas del calzado está en la calle y la Federación Internacional (World Athletics) tiene una comisión que estudia su validez.
De lo que no hay duda: Kipchoge es un atleta excelso, que posee también el récord mundial de verdad (2h 01:39 en Berlín 2018), y que en este 2019 completó en 2h 02:37 la maratón de Londres.
A sus 35 años, Kipchoge se presenta fuerte para 2020 en base a este argumento: “Es bastante posible correr en menos de dos horas en una maratón normal. No hubo grandes diferencias en las condiciones en Viena y otras carreras”. Regresará a Londres el 26 de abril de 2020 para romper esa barrera con validez oficial, lo que le coronaría como el mejor maratoniano de todos los tiempos, algo ya a considerar, porque ha ganado 11 de las 12 que ha disputado. La incertidumbre radica en cómo responderá cuando a partir del kilómetro 30 se quede solo, sin liebres, y si podrá llevar las atómicas Alphafly...
Pero la apuesta de Kipchoge es doble y con tirabuzón. Porque 105 días después de afrontar Londres se ha alistado en la maratón olímpica de Tokio, que será el 9 de agosto en Sapporo (cambió de sede por el calor extremo). Defiende el oro que logró en Río 2016 y podría enfrentarse a Kenenisa Bekele, que corrió en Berlín 2019 en 2h 01:41, a sólo dos segundos del tope de Kipchoge. Si se enfrentaran el Príncipe Etíope y el Filósofo Keniano se podría vivir uno de los grandes duelos de los Juegos.
Con una trayectoria controvertida, pero a la vez impresionante, Kipchoge ha sido uno de los protagonistas de 2019. Se convirtió en un ídolo definitivo en Kenia y paralizó el tráfico en Iten para ver su gesta, que ha abierto un territorio inexplorado. “Es como cuando se pisó la Luna o se bajó de 4:00 en la milla hace 65 años, era una barrera y ahora mucha gente lo hace. Quiero abrir camino”, defiende Kipchoge, que seguirá su trabajo en silencio en Kaptagat: móvil apagado, lectura, descanso... y cientos de kilómetros.