El deporte también juega en la Cumbre

Madrid acoge desde el 2 hasta el 13 de diciembre la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, conocida como COP25. Cumbre que debe servir para que los negociadores de los países terminen de cerrar el reglamento de desarrollo del Acuerdo de París contra el calentamiento global, puesto que debe empezar a aplicarse durante la próxima década. En Madrid estarán representados 200 países y se estima que acudirán unas 25.000 personas. Estas reuniones vienen celebrándose anualmente desde 1995 y sirven como lugar de encuentro y de presentación de los últimos informes climáticos de expertos, de empresas, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. Y el deporte no es ajeno a esta lucha que concierne a todos, por ello entre las 17 organizaciones que han firmado el nuevo Marco de Acción del Deporte para el Clima figuran el COI, la FIFA, la UEFA o los Juegos Olímpicos de Tokio. El principal objetivo de este acuerdo es reducir la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las operaciones deportivas y, sobre todo, aprovechar la popularidad de los deportistas y la pasión de los aficionados para cambiar el comportamiento y sensibilizar a la opinión pública.

El mundo del deporte también se ha visto afectado por el cambio climático. Los deportes de invierno son unos de los más amenazados y se estima que la industria del esquí podría colapsar dentro de 50 años. Ya en los Juegos de Invierno de Sochi en 2014 se constataron las malas condiciones de la nieve y el hielo.

Científicamente ya se ha demostrado que el calentamiento de la tierra comenzó a registrarse de manera más acelerada desde los años 70 y que cada década subre entre 0,15º y 0,20º. De manera que el foco está puesto en los próximos Juegos de Tokio 2020, con temperaturas superiores a los 40º, o el Mundial de fútbol de Qatar 2022, país que registra temperaturas superiores a los 32º durante todo el año y por las que la FIFA, por primera vez en su historia, ha cambiado la fecha de celebración de julio a noviembre-diciembre. También está en alerta el mundo del golf, que desde 2013 ha visto cómo se han cancelado muchos torneos por las intensas lluvias. Además, los campos de golf se encuentran cerca de las costas y el aumento del nivel del mar ha subido desde 1900 a 2010 cerca de 20cm por lo que muchos podrían desaparecer.