Iglesias: "A los JJ OO debería ir la Selección absoluta de fútbol"

¿Le pareció acertado que se aplazara el Clásico por los disturbios en Cataluña?

Fue una pena. No me gustó. El deporte debe estar por encima de conflictos políticos, pero entiendo que los que deciden tenían informes de seguridad que no me atrevo a cuestionar y que les llevaron a tomar la decisión de aplazarlo.

¿Cree que si se hubiera jugado en el Bernabéu, como se llegó a plantear, se habría adulterado la competición?

Hubiera sido raro. El calendario es el que se sorteó en su momento y lo normal es que los partidos se jueguen donde estaba previsto. El fútbol requiere de dispositivos de seguridad muy serios y se supone que la policía y la seguridad privada de los clubes están muy preparados para que todo discurra con normalidad. En España, en los últimos tiempos, son excepcionales los casos en los que se tenga que suspender un partido por situaciones de riesgo. Por eso, creo que el aplazamiento fue precipitado.

¿Piensa que la situación en Barcelona el 18 de diciembre será más tranquila para que se dispute el Clásico?

No lo sé, espero que sí, pero un Barça-Madrid o viceversa es un partido diferente por la connotación política que lleva inherente. El escritor Vázquez Montalbán decía que el Barça es el ejército simbólico de Cataluña. No sé si hoy lo hubiera dicho. La rivalidad, las significaciones políticas, las pancartas siempre estarán ahí, da igual cuándo se juegue. Me encantaría que los jugadores se abrazaran y demostraran que la concordia es posible. Sergio Ramos y Piqué seguro que tienen ideas políticas opuestas, pero son amigos. Esto debe ser lo normal; uno puede ser independentista y otro de VOX o de lo que sea, pero pueden jugar juntos o ver el fútbol sin enfrentamiento, más allá de la rivalidad bien entendida.

El año pasado, Javier Tebas, presidente de LaLiga, planteó que el Girona-Barcelona se disputara en Miami. Este año insiste en la idea y quiere que el Villarreal-Atlético de Madrid se juegue en Estados Unidos. ¿Cuál es su opinión?

Entiendo el ‘business’, pero también hay que respetar a los aficionados y los clubes son también de sus seguidores, que pagan un abono y tienen derecho a ver a su equipo. Llevar un partido a Miami se lo pone muy difícil a los aficionados. No se puede entender que el fútbol sea un negocio completamente ajeno a la gente que va a verlo al campo. Aunque comprendo que será una manera de recaudar mucha pasta, pero los aficionados tienen razón al decir “oiga, respétennos”.

¿Qué sensación le produce el continuo enfrentamiento entre LaLiga y la Federación, entre Tebas y Rubiales?

Es normal, hay muchos intereses, mucho dinero de por medio, pero la belicosidad de los últimos tiempos entre ambos llama la atención.

¿Está aumentando la utilización del deporte como escaparate de significaciones políticas?

Siempre ha sido así. Desde los Juegos Olímpicos que montó Hitler en Alemania hasta lo que ocurrió en los Juegos Olímpicos en la Guerra Fría, con Estados Unidos boicoteando los de Moscú de 1980 y la URSS haciendo lo propio con los de Los Ángeles de 1984. Por desgracia, política y deporte siempre han estado ligados, aunque a veces para bien: a mí hay una imagen que me emociona, que es la de Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México’68 reivindicando los derechos de los negros en Estados Unidos. Creo que el deporte no es ajeno a la vida y en la vida está incluida la política.

¿Entiende que haya gente que se escandalice por escuchar a Guardiola significarse políticamente y llevar un lazo amarillo o a Xavi hablar de “vergüenza” tras la sentencia del ‘Procés’?

No lo entiendo. En una democracia todo el mundo tiene derecho a expresarse. En el fútbol, como en el resto de los ámbitos de la sociedad, hay independentistas, o de Podemos, del PSOE, de VOX... de lo que quieran. Pero esto no es novedoso. Ya Valdano escribió un artículo en 1988 con motivo de la huelga general del 14 de diciembre dando su opinión. Un futbolista o un entrenador pueden tener su opinión política y decirla sin que suponga un problema. Pero es que debería ocurrir con más cosas. Por ejemplo, no hay futbolistas que salgan del armario y claro que hay jugadores que son gays, pero hay un nivel de presión, también de las marcas, tremendo.

¿Le parece razonable que haya aficionados del Barcelona que no entiendan que el club con el que simpatizan se signifique políticamente?

No. Hay que aceptar la pluralidad. Uno puede ser del Barça y tener una ideología determinada, son dos cosas diferentes. Hay que entender que en un club como el Barça haya seguidores que quieran que Cataluña no se vaya de España y al revés. Pero es que también pasa en el Madrid. Yo tengo amigos muy de izquierdas que son del Madrid, que era el equipo de la República. Hay que recordar que el color del escudo era morado hasta que Lorenzo Sanz lo suavizó hasta el azul de ahora. También los tengo que son del Atlético de Madrid, que era el equipo vinculado al Ejército del Aire... Hay que naturalizar que ser de un equipo de fútbol no tiene por qué ir relacionado con la ideología política: ni ser del Madrid es ser de derechas ni ser del Barça es ser independentista.

¿A favor o en contra de que se exhiban pancartas políticas en los estadios o en las canchas?

A favor. No se pueden poner puertas al campo y, siempre con el límite de la constitucionalidad y el respeto a los derechos humanos, todas las consignas deben ser bienvenidas. Hablan de una pluralidad bien entendida. Me pareció excelente que Hiddink, en 1992, cuando era entrenador del Valencia, ordenara que se retirara una esvástica de la grada en un partido ante el Albacete.

¿Cree que hay más violencia y racismo en el deporte?

No sé, pero existe y es un problema. Debería ser al contrario...

Explíquese.

Si hay un instrumento con el que combatir el racismo y la violencia es el deporte, porque es una alternativa excelente a las opciones violentas que se le presentan a muchos jóvenes, sobre todo, de barrios humildes, y es un elemento de igualdad social. Practicar deporte con otros de distinta raza es una cura muy saludable.

¿Cuáles serían las bases de su política en materia de deporte si llegara al Gobierno?

Sobre todo, el fomento del deporte base. No puede ser sólo un negocio. El deporte debe practicarse en escuelas de cada barrio, de cada pueblo, y a ser posible públicas, que permitan practicar deporte a todos los niños. Lo que diferencia una sociedad avanzada de una con dificultades o del Tercer Mundo es que haya instituciones sociales que protejan la práctica del deporte y que lo financien de manera pública.

¿Ha leído el anteproyecto de la Ley del Deporte que presentó el Gobierno socialista?

No del todo, pero la gente de Podemos de ese área lo está estudiando a fondo.

¿Qué les parece?

Bien, pero hemos presentado enmiendas. Ojalá podamos gobernar con el PSOE y definamos la nueva Ley del Deporte.

El fútbol femenino va a la huelga el 16 y el 17 de noviembre.

Es un orgullo y tienen toda la razón. Lo que están pidiendo es un convenio con un salario de 16.000 euros al año, nada descabellado. Son jugadoras de la Primera División femenina y es de sentido común que puedan vivir de su profesión. Los derechos se conquistan así, luchando y plantando cara a las injusticias. Es una maravilla que cada vez haya más aficionados que van a los estadios y a las canchas a ver deporte femenino y por eso el deporte femenino requiere de todo el apoyo de las instituciones y los medios.

¿Es partidario de crear un Ministerio de Deportes?

Sí. Muchas veces el área de Deportes se ha mezclado con Cultura o Educación y en un país en el que se da tanta importancia al deporte, que hubiera una ministra o ministro de Deportes sería acertado.

¿Qué perfil debería tener la ministra o ministro de Deportes?

Debería llegar del deporte profesional y debería tener sensibilidad con el deporte base.

El deporte federado recibe ahora 54 millones de euros de subvenciones directas del CSD y en el anteproyecto socialista se avanza una subida hasta los 74. ¿Le parece suficiente?

Hay que aumentar la inversión porque la clave es que todo el mundo pueda acceder a las condiciones mínimas para practicar un deporte y que no sea un privilegio para los que se lo puedan permitir.

¿VAR, sí o no?

Sí. El VAR ha atenuado la discusión en el fútbol. Introduce más justicia y le quita algo de presión a los árbitros. Aunque, aún así, sigue habiendo polémica. Es un avance, pero hay que evitar que las pausas sean largas y no corten el ritmo.

¿Qué le parece la propuesta de Pedro Sánchez y la Federación de organizar un Mundial conjunto con Portugal?

Muy buena. El único que hemos organizado fue en 1982 y me gustaría vivir otro.

¿Debería acometerse un nuevo proyecto de Juegos Olímpicos después de las últimas decepciones?

España debería invertir más en el deporte de base y apoyar con más recursos a los atletas que luchan por hacerse un hueco en la alta competición y pensar menos en los proyectos megalómanos y en los pelotazos de unos cuantos constructores y magnates internacionales.

La Federación, presidida por Luis Rubiales, quiere que la nueva Supercopa de España se dispute fuera y uno de los países candidatos a albergarla es Arabia Saudí.

Entiendo que si hacen esto es por dinero, pero aparte de llevarlo a un país con una dictadura terrible, que priva de derechos y libertades fundamentales a los ciudadanos, hay que respetar a los aficionados. ¿Quiénes se van a poder permitir ir allí a ver los partidos?

Y el próximo Mundial será en Qatar...

Esto es tremendo. Presumimos que tenemos sociedades democráticas, que respetan la diversidad sexual y el pluralismo político, pero al final el dinero está por encima de todo.

Cada vez se conocen más casos de futbolistas mediáticos que defraudan a Hacienda.

Es una falta de respeto. Aquí todos tenemos que cumplir la ley. Los millonarios, sean futbolistas o no, tienen la suerte de vivir muy bien, pues que paguen impuestos, que se están riendo de los demás. Es una cuestión de decoro hacia los propios aficionados que van a verlos al estadio o la cancha.

Se ha suscitado polémica por la posibilidad de que Sergio Ramos juegue con la Selección Olímpica y que sea el abanderado de España en Tokio. ¿Usted qué opina?

A mí me parece muy coherente. Pero le digo más, creo que a los Juegos Olímpicos debería ir la Selección absoluta de fútbol, como va la de baloncesto.