Cheruiyot monta un monólogo
El keniano se llevó la final de 1.500 con 3:29.26. Tiró desde el primer metro de carrera y puso tierra de por medio con Makhloufi, plata, y Lewandowski, bronce. Ingebrigtsen, sin podio.
Desde el primer metro al último. El keniano Timothy Cheruiyot no necesita liebres para correr rapidísimo los 1.500 metros y ser campeón mundial. Lo demostró en el estadio Khalifa de Doha, donde ganó el oro con 3:29.26 en una carrera en la que se desconectó desde el principio de sus rivales. Puso tierra de por medio, más bien una zanja, en la que cayó su compatriota Ronald Kwemoi por querer seguirle.
Cheruiyot hizo ya 13.46 en los primeros 100 metros, un ritmo que muy poca gente de a pie puede hacer en el hectómetro. Pero al keniano, de 23 años, le quedaban 1.400 metros. Pasó en 55.01 los 400, en 1:51 en 800 y 2:20 el kilómetro. Por detrás, la pelea era por ganar la posición en el paquete por la plata y el bronce. Allí estaban Jakob Ingebrigtsen, de 19 años, el argelino Makhloufi, el cazarecompensas polaco Lewandowski, Engels... Sin optar a oro. Porque Cheruiyot aceleraría mucho más en la última vuelta. 54 segundos para llegar sólo. En otra liga. "Quería quitarme de problemas y evitar choques", decía sencillamente el keniano.
Llegó Cheruiyot, con su cambio endemoniado en 3:29.26, con el mayor margen de la historia, 2.12 segundos, superando el mayor margen de la historia de Morceli en 1991. Makhloufi se llevó la plata en 3:31.38 y Lewandowski sumó otra muesca más en su lista de recompensas, bronce con 3:31.46. Sacó del podio al joven Jakob.
El noruego Jakob Ingebrigtsen, doble campeón europeo de 1.500 y 5.000, estaba llamado a ser una de las sensaciones de estos Mundiales. Se va con un quinto en 5.000 y este cuarto de 1.500. "Ha sido un campeonato horrible para mí. Sé que era el primer grande de mi vida y que soy muy joven, pero cuando te sientes fuerte es muy desagradable irte a casa sin una medalla. Todo estaba perfecto":