Una 'chiganda' por Semenya
La ugandesa Nakaayi se llevó el título en 800 metros en los primeros Mundiales en los que se implantó la norma de la testosterona que impide correr a Semenya.
La final de 800 de los Mundiales se presentaba con un vacío inmenso. No estaba Caster Semenya, que no puede competir por la norma de la IAAF sobre los límites de testosterona. Tampoco las dos kenianas de nombre Wambui y la burundesa Niyonsaba estaban. Pero el trono se quedó en África. Lo consiguió Halimah Nakaayi, una acelerada corredora de Uganda, que batió a la favorita Ajee Wilson en una explosiva recta de meta y firmó récord de su país (1:58.04). En meta bailaba desenfrenada con su compañera Nanyondo, que había sido cuarta.
Sin la sudafricana Semenya, que se negó a medicarse para rebajar su testosterona natural. Y la gran favorecida era la estadounidense Wilson, que no quería que se le escapara la carrera y corrió en plan frontrunner, codo a codo con la jamaicana Goule. El 400 se pasó a 57.96. Fuerte. En el 600 Wilson tomaba la cabeza y entraba primera a la recta final. Pero emergió Naakayi y ganó la carrera con un cambio alegre y fresco. De oro. Al celebrar bailó la Chiganda.
“En Uganda, están muy felices, especialmente en la parte central, ahora bailan. Es un día historico. Los ugandeses aquí en el estadio estaban animando mucho y nos dieron mucha energía. Éramos las primeros ugandeses en llegar a una final en 800 metros.Así que tuvimos que bailar este baile, es nuestra tradición”, decía alegre Naakayi.
Hoy, precisamente, estaba convocada Caster Semenya para recoger en Doha el oro retroactivo que ganó en Daegu 2011 tras la descalificación de Savinova. Evidentemente no fue, pero tuvo una africana con el oro. En honor a Semenya.