Ben se hace 'Super Guerrero': a la final de 800 con 21 años
El de Viveiro entró en la final de 800 metros de los Mundiales de Doha. Es el segundo español de la historia que lo consigue.
Viveiro es una ciudad de Lugo conocido por el Resurrection Fest, un festival de metal. Desde ahora también será conocida por Adrián Ben, el segundo español de la historia que accede a una final mundial de 800 metros. Un chico eléctrico, amante de Bola de Dragón, que en Doha se ha convertido en Super Guerrero (la traducción a castellano de Super Saiyán). “No sé que pasa aquí, he soñado tantas veces esto, que no se si mañana me despertaré en mi casa de Viveiro. Saco la fuerza de mi madre, es una mujer que no se rindió nunca y yo no lo haré jamás”, decía entre lágrimas el más joven de la Selección: “Eso de ser el más pequeño me da igual, lo mismo que ser el primero en algo. Las barreras están para derribarlas”.
Su semifinal de 800 fue una locura. Paso por el 200 a 23.11, el 400 a 48.72. Ritmo atroz, el más rápido de la historia de los Mundiales expoliado por el qatarí Abdalla, que deseaba rendir una victoria a su afición. Ben iba último, casi descolgado, pero hizo los pasos más razonables. Y en la última vuelta aguantó el tipo hasta entrar cuarto (1:44.97 y mínima olímpica). Pasaría como el segundo mejor tiempo, pero le quedaban dos series. Si uno le superaba era eliminado. “Estoy fuera, tengo que pensar eso. Si no, ya verás que chasco”, se autoconvencía. La realidad es que su tiempo era muy bueno. Nadie lo superó. A la final, igual que hizo De Teresa en 1991. Ningún español más.
“Me dije haz tu carrera, piensa en el paseo marítimo de Viveiro cuando corrías, intenta hacer 1:45 y te vas para casa”, explicaba Ben, que preparó los 1.500 y en 800 se ha desinhibido totalmente. Corrió en plan frontrunner la eliminatoria y la semifinal con astucia, por delante de nombres como Kszczot, Giles y fuera también están Bosse, Korir… “Hace tres semanas le pedía el dorsal firmado a Wesley Vázquez y hoy me vi en la línea de salida. Esto es el atletismo, hay días buenos y malos. Y no somos máquinas. Lo mismo al siguiente Mundial no vengo. Hay que aprovechar los momentos”.
Adrian Ben se entrena en el grupo de Arturo Martín, el mismo técnico de Fernando Carro: “Este año tuve una crisis existencia. La gota que colmó el vaso fue cuando me quedé fuera de las semifinales del Europeo Sub-23 y al día siguiente Carro nos dio un récord de España. Miré al mister, que ya saben que no habla mucho, y me dijo: ‘Continuidad, tío, continuidad… Y me abrió los ojos. Ahora lo que diga va a misa”.
¿Y para la final de mañana qué? “Qué de que. Mi carrera deportiva es hasta el martes. Venir fue un éxito. Lo único que sé es que hay siete tíos corren y hay que llegar delante de ellos. Mi plan es que no hay plan”, dice Adrián Ben. El día en el que se hizo Super Guerrero.