PIRAGÜISMO | MUNDIALES DE ESLALON
Maialen neutraliza el dolor antes del Mundial de casa
La campeona busca plaza para Tokio 2020 en los Mundiales de La Seo (Lleida). "Después de tres años, no siente dolor; se siente ágil", dice su entrenador, Xabi Etxaniz.
Maialen Chourraut, campeona olímpica en Río 2016 y bronce en Londres 2012, vuelve a fluir sobre las aguas bravas. Así se siente después de decir adiós a los vértigos posicionales que sufrió tras ganar el oro, una fisura de costillas y dolores lumbares que le han condicionado desde entonces. Se ha reencontrado justo a tiempo. Antes de los Mundiales de eslalon de La Seo de Urgell, que arrancan este miércoles (ella compite jueves y sábado) donde se entrena habitualmente y donde, además de las medallas, se reparten 18 plazas de K1 para Tokio 2020.
"Ahora ya puedo hacerlo", le dice a Xabi Etxaniz. "Después de tres años, no siente dolor. Llega bien de forma y de cabeza. Por fin ha podido competir bien. Se siente ágil, hábil, puede dar un salto con la piragua… Eso le aporta mucha motivación. Está ilusionada por Tokio porque empieza a funcionar y ve que puede mejorar. Hasta hace poco, no se sentía competente para eso", describe su entrenador y pareja. En las tres últimas Copas del Mundo ha entrado en las finales y puede bajar por el canal leridano que fue olímpico en 1992 con los ojos cerrados.
Y es que, tras tocar el cielo, el camino de la donostiarra de 36 años ha sido tortuoso. Los vértigos la dejaron KO. "Se quedó estancada y emprendimos un trabajo más dinámico de circuitos cognitivos fuera del agua, con pelotas, velocidad… y ocurrió lo de las costillas", cuenta Xabi. Un proceso vírico acompañado de tos le provocó fisuras. Una tortura en un deporte superexigente para el tronco. Y, entre tanto, la zona lumbar seguía dando la lata. Tras llegar de Río, la lanzaron al agua en la playa durante un homenaje en San Sebastián, cayó, y al día siguiente se quedó clavada en casa. Desde entonces, problemas. "Hace un par de meses, y tras dar muchas vueltas y tratamientos, hicimos algo tan simple como cambiar de colchón y cada día está mejor, creía que el dolor no se le iba a ir nunca", revela el técnico después de haber tocado muchas teclas.
Otra fue la de la piragua. Una modificación normativa obligó a cambiar las quillas extraíbles por otras fijas y de tamaño menor. Probó hasta diez embarcaciones diferentes sin sentirse cómoda. Y por fin la encontró. "Nos volvió un poco locos", reconoce el expalista. Pero por fin el puzle parece haber encajado. En La Seo estarán la alemana Ricarda Funk, la australiana Jessica Fox y una Maialen revivida. Una oportunidad para decir a sus rivales que está viva, atar Tokio y trabajar tranquila para intentar subir a un tercer podio.