Los grandes aspirantes al título en el Mundial de rugby 2019
Nueva Zelanda parte como principal candidata a hacerse con su tercera copa William Webb Ellis consecutiva. Gales, Sudáfrica, Inglaterra e Irlanda son las alternativas.
El Mundial de rugby que se disputará del 20 de septiembre al 2 de noviembre en Japón (la primera vez que un país asiático lo acoge) se puede resumir en un todos contra Nueva Zelanda, campeona en 2011 Y 2015 tras una sequía de 24 años desde su triunfo en la primera edición del torneo, en 1987. Los All Blacks parten de nuevo como los grandes favoritos a hacerse con la copa William Webb Ellis, con Gales, Inglaterra e Irlanda como los grandes aspirantes a destronarles en el hemisferio norte y Sudáfrica, en el sur. Australia y Francia, en momentos complicados, parecen tener menos enteros.
Nueva Zelanda
Que quedasen terceros y ganasen un partido de tres en el último Rugby Championship, concebido por Steve Hansen más como un banco de pruebas que como un objetivo competitivo, no es un argumento sólido para desbancarles de la primera posición en la lista de favoritos. De hecho, lejos de una rémora puede ser un acicate para ellos. En el ciclo ganador que incluye dos mundiales desde 2011 han sumado además seis títulos en el Rugby Championship y han tenido momentos de excelencia increíbles como su racha de 18 partidos invictos entre agosto de 2015 y octubre de 2016. Acostumbran a la cuasi perfección y por eso cualquier tropiezo suyo se magnífica, pero siguen siendo el equipo con más recursos y talento en todas las líneas. Y tienen a Beauden Barrett.
Gales
A finales de agosto, con su victoria en un test ante Inglaterra, desbancaron a Nueva Zelanda de la primera plaza del controvertido ranking mundial, que los All Blacks ocupaban ininterrumpidamente desde noviembre de 2009. Llegan como campeones del 6 Naciones con Grand Slam (pleno de victorias) incluido y sus primeros espadas, con el incombustible Alun Wyn Jones a la cabeza, en muy buen estado de revista si exceptuamos las baja por lesión de Faletau y Anscombe. Sólo han llegado a semifinales dos veces, en 1987 y 2011, y en su apuesta por volver a estar en la pomada el seleccionador Warren Gatland, ante su última cita al mando del Puerro, no deja nada al azar. Hasta se han entrenado con ovales cubiertos de aceite para bebés para aclimatarse a la humedad de Japón.
Inglaterra
El fiasco del anterior Mundial, eliminados en fase de grupos en su casa, fue un trauma que llevó a la contratación de Eddie Jones, el primer seleccionador extranjero de su historia, y del que el XV de la Rosa lleva cuatro años recuperándose. Esta cita es una suerte de catarsis para un equipo que desde aquello ha ganado dos de los cuatro 6 Naciones en juego, el de 2016 con Grand Slam incluido. Quizá ese fue el mejor año bajo la batuta del australiano, del que se especuló con una posible marcha tras el Mundial desmentida después por Bill Sweeney, jefe ejecutivo de la Federación Inglesa. Si son consistentes, una cualidad que no siempre han exhibido últimamente, tienen argumentos para pelear el título. Siguen siendo el único equipo campeón (2003) del hemisferio norte hasta la fecha.
Sudáfrica
Los Springboks están de vuelta. El nuevo ciclo iniciado con la contratación de Rassie Erasmus el año pasado ya da frutos. Vigentes campeones del Rugby Championship diez años después de su último título, con el ex de Munster o de los Stormers se ha visto la mejor versión de Pollard y ha habido apariciones interesantes como las de Herschel Jantjies o Cheslin Kolbe. Con él Siya Kolisi se ha convertido en el primer capitán negro de la historia de Sudáfrica, una decisión que por otra parte responde también a razones políticas sin que eso vaya en demérito del flanker. Tiene un pack de delantera de primer nivel en todas las líneas y velocidad y capacidad de sorprender en sus tres cuartos. Les penaliza estar en el grupo B con Nueva Zelanda de cara a los cruces, aunque puede mirar de tú a tú a cualquiera.
Irlanda
Han sido mucho más aspirantes durante todo el ciclo mundialista que en la recta final hacia el arranque del torneo, el último del neozelandés Joe Schmidt al frente. Sus victorias contra Nueva Zelanda en 2016 y 2018 han sido los picos en una trayectoria que tiene su última piedra de toque en la estrepitosa derrota (57-15) ante Inglaterra en Twickenham en los tests de agosto. En ese partido se vio un equipo que hacía aguas en el abierto tras las fases estáticas, menos fiable de lo que acostumbra en la touch y con poca fluidez en el juego a la mano más allá de la ausencia de Sexton y una tercera línea mermada. Si vuelven a su versión de 2018, con título y Grand Slam en el 6 Naciones, deberían al menos romper su techo de cristal histórico: los cuartos de final.