Blanca Fernández Ochoa, una de las muchas pioneras olvidadas
La actividad de la exesquiadora ha quedado restringida a su participación en concursos de televisión. Muchas de las pioneras del deporte han caído completamente en el olvido.
Blanca Fernández Ochoa ha pasado de ser una de las muchas pioneras olvidadas del deporte español a convertirse en el foco mediático. La desaparición de la exesquiadora ha sacado del olvido a una de las grandes pioneras del deporte español y mantiene en vilo a todo el país. Blanca fue la primera española que conquistó una medalla, el bronce en unos Juegos Olímpicos, los de invierno, en Albertville 1992. Desde que el sábado la Policía Nacional hacía por Twitter un llamamiento a la ciudadanía, Blanca ha consumido más minutos y más páginas en los medios que en toda su carrera deportiva. Dicen que en el momento de su desaparición no atravesaba su mejor momento. Tras retirarse del esquí, trabajó en la tienda familiar de deportes y luego ha tenido alguna aparición esporádica en concursos de televisión.
El deporte femenino español ha progresado tanto en los últimos años que parece haberse olvidado de ellas, de las que lucharon y sufrieron por abrir el camino al resto. No es el momento de buscar culpables porque la culpa recae un poco en todos que, sin darnos cuenta, vivimos la euforia del presente sin valorar el pasado y lo que costó llegar hasta aquí.
Existe una deuda pendiente con todas las deportistas valientes y luchadoras que hicieron posible lo que somos hoy, una gran potencia del deporte femenino mundial. Y todavía estamos a tiempo de enmendar nuestro error.
Se me pasan por la cabeza los nombres de muchas otras pioneras que tampoco han tenido su merecido reconocimiento. Sin ir más lejos a la pionera por excelencia, la tenista Lili Álvarez, la primera deportista española que participó en unos Juegos Olímpicos, los de Chamonix, en 1924, tuvo que esperar a los 93 años para que le concedieran la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, pero que no pudo recibirla porque falleció ese mismo año, en 1998.
Concepción Sánchez Freire, más conocida como Conchi Amancio, fue la primera española en convertirse en futbolista profesional tras marcharse a Italia con tan solo 15 años. No fue profeta en su tierra, ya que pese a destacar en Italia y ganar numerosos scudettos, nunca la llamó el seleccionador español y cuando lo hizo, empujado por la presión mediática, Conchi tuvo la mala fortuna de lesionarse. Luego fichó por el Arsenal e hizo carrera en Inglaterra. En los últimos años ha pasado algunas temporadas en España. Aquí hizo el curso de Directora Deportiva de la RFEF, pero acabó volviéndose a Inglaterra ante la falta de oportunidades.
María Jesús Rosa falleció el pasado invierno, tras luchar contra el cáncer que padecía, sin que el deporte le hubiera dado su sitio. Esta madrileña hizo historia al convertirse en la primera boxeadora en conquistar los títulos de Europa y del Mundo. Hablaba de sus orígenes con orgullo. Antes de aficionarse al boxeo era limpiadora y con tesón llegó a lo más alto y dejó un legado y, sobre todo, abrió un camino a las que vinieron después. Abandonó el boxeo para conseguir su sueño de ser madre. No olvidemos que antes que Joana Pastrana estuvo María Jesús Rosa.
Sheila Herrero, la española con más Mundiales conquistados, un total de 15, puso a España en el mapa de la élite del patinaje sobre ruedas. Recientemente, reconocía que fueron muchos los que se hicieron la foto con ella cuando conquistó éxitos y que ahora “ni flowers”. Cuando dejó el patinaje se puso a trabajar en una tienda. Algunos clientes suyos le dicen: “Te pareces a Sheila Herrero”. Ahora es el único reconocimiento a su esfuerzo.
La lista de pioneras es mucho más larga y a muchas parece que también parece que se las ha tragado la tierra y no reparamos en ello. No hay más que ponerse por un momento en su piel para indagar sobre el dolor que puede generar sentirse olvidada. Ojalá encuentren muy pronto a Blanca Fernández Ochoa y ojalá su desaparición nos sirva, de paso, para reflexionar sobre la importancia de no echar a perder un legado de un valor incalculable. Sin ellas, sin las pioneras, nada de lo que somos hoy en el deporte español sería posible.