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UFC

El estratega Miocic se vengó de Cormier en el UFC 241

Stipe Miocic recuperó el Campeonato del peso pesado de la UFC al noquear a Daniel Cormier en el cuarto asalto. Nate Díaz regresó, tras tres años, con victoria.

Stipe Miocic golpea a Daniel Cormier durante el UFC 241.
Getty Images

Un año y un mes llevaba barruntando Stipe Miocic su revancha con Daniel Cormier. El excampeón del peso pesado quería esa pelea, y no volvió a meterse en el octágono hasta que la tuvo. Tuvo mucho tiempo para planificar una estrategia perfecta. Arriesgó mucho, pudo salirle mal, pero confió en lo que había preparado y recuperó el Campeonato del peso pesado de la UFC al noquear a Daniel Cormier en el cuarto asalto. Hasta ese round, el excampeón iba perdiendo y DC decidió reservar, pero Miocic sacó su lado más boxístico y con hooks al hígado, contra los que Cormier no supo reaccionar, le destruyó. Vuelve a reinar y el futuro de Cormier se queda en el aire. "Es un trago difícil. Son decisiones que no se pueden tomar ahora. Hablaré con mi mujer y decidiré", no esperaba este final.

La pelea comenzó Miocic demasiado reservón. En su primer duelo fue muy alocado y lo pagó, por ello, aunque perdiese su ventaja en la envergadura fue cauto. De ese modo evitó que Cormier lanzase golpes potentes y buscase otra opción... porque cuando ambos fueron con poder, sufrieron y mucho. Eso fue en el primer round, que se apuntó DC. Cormier mandaba, acortaba la distancia con suma facilidad y percutía. Tenía una precisión tremenda y un truco infalible. Soltaba sus dos brazos, mucho más cortos, y tapaba los ojos de su rival. En ese momento, con rapidez, soltaba sus golpes directamente a los ojos de Miocic. Quería evitar sus contras y lo logró. El excampeón tenía la intención de alargar el pleito. En el cansancio físico estaría su oportunidad.

Así fue, porque en el primer round Cormier le tuvo en el suelo. Pero en el segundo y en el tercero se dedicó a masacrarle con golpes cortos. Poco provecho sacó del golpe que mejor conectaba, los upper, pero daba igual, su renta era grande. En el cuarto comenzó a regular y Miocic apretó. Cormier no se había ido atrás hasta ese instante, siempre iba al frente. Pese a ello, siguió ballesteando para quitarse golpes. Evitaba los que iban al rostro, pero no los que impactaban en su cuerpo. Stipe no había tirado ninguno, pero comenzó a hacerlo. Con su envergadura llegaba sin arriesgar y en poco más de dos minutos tiró ocho manos al hígado. Hizo daño con la reiteración y sobre todo con la última. La pelea estaba donde quería. Desde la distancia comenzó a tirar manos, Cormier reculó y cayó... estaba noqueado. "Hizo un gran ajuste con esos golpes al cuerpo que me dañaron, enhorabuena a él y a su equipo", reconoció DC tras la pelea. Tenía el triunfo encarrilado... eso creía, porque cayó en la tela de araña del estratega Miocic, que suma su quinto título, a solo uno de Randy Couture.

Nate Díaz está de vuelta: arrolla a Pettis

Nate Diaz lanza un golpe a Anthony Pettis durante el UFC 241.
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Nate Diaz lanza un golpe a Anthony Pettis durante el UFC 241.AFP

Tres años no son nada, al menos para Nate Díaz. Ese era el tiempo que el estadounidense había estado fuera de la competición. Regresó en el UFC 241 ante un rival muy complicado como Anthony Pettis, pero parecía que llevase un par de meses en el dique seco. Solo evidenció un poco de cansancio, lógico, pero él lo explicó con facilidad: "En el primer asalto saqué mucho ritmo y lo noté". Nada que el ritmo de combate no solucione. Técnicamente no ha perdido ni un ápice de calidad, quizá algo de pegada, pero ahí también la inactividad puede ser clave. Pese a esos condicionantes, Pettis puede dar buena cuenta que está para lo que quiera. Lo barrió a los puntos (30-27, 30-27 y 29-28) y cerca estuvo de finalizarlo en el primer y segundo asalto.

Pettis salió sin complejos, metiendo ritmo, pero Nate supo capear el temporal. También sacó mucho trabajo y fue llegando más. Ambos se vaciaron en el round inicial y lo notaron. En el segundo acto la pelea se volvió más lenta, y entraron en el terreno donde Nate disfruta. Antes, en el primero, probó el suelo y casi somete a Pettis. En su esquina le dijeron que lo evitase, y pudo, pero se quedó a intercambiar pegado a la jaula... lo que le acabó de lastrar. Se llevó una paliza (Díaz sacó el doble de golpes) y en el último, tras dos rodillazos, Pettis cayó al suelo. Se rozó la sumisión, pero no llegó. No empañó nada necesitar las cartulinas. Nate Díaz está de vuelta y puso su mira en un luchador: "Quiero a Masvidal, ya no hay nadie tan ganster como él". El público aplaudió a rabiar. Dos talentosos con arrojo, lo que todo el mundo quiere ver.

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