Vergil Ortiz: el futuro de Golden Boy se examina en casa
Vergil Ortiz, estadounidense, pelea este sábado en su ciudad natal, Grand Prairie (Texas) por el WBA Gold del peso welter ante Antonio Orozco.
Vergil Ortiz Jr. (13-0, 13 KO) es uno de esos talentos futuros que hay que seguir de cerca. El estadounidense tiene solo 21 años y una gran experiencia. Como amateur disputó 160 combates (solo 20 derrotas) y ya en el boxeo rentado busca hacerse un hueco en una de las división más cotizada de la actualidad, el welter. Ha subido desde el superligero, es joven y está en pleno proceso de adaptación, por lo que este sábado se le verá mucho más hecho a su nueva categoría. Habrá que estudiarle morfológicamente, pero también boxísticamente, ya que el prospecto de Golden Boy tiene un importante examen.
Será el combate estelar de una velada (lo retransmite DAZN) por segunda vez en su carrera y se subirá al ring por primera vez en su ciudad natal, Grand Prairie (Texas). Todos los focos le apuntan y debe cumplir. Enfrente tendrá a un púgil de mucha calidad: Antonio Orozco (28-1, 17 KO), con el que se jugará el WBA Gold del welter. El mexicano solo ha perdido contra José Carlos Ramírez y sabe que está ante su oportunidad de situar su nombre cerca de los grandes carteles. En su caso, Orozco realizará su primera pelea en el welter, una aclimatación que no está siendo demasiado cómoda. Su objetivo es situarse de nuevo en el mapa. Es consciente que derrotar a un prospecto siempre es un push muy importante.
Orozco irá a la ciudad de su oponente, un hecho que cree que le favorecerá. "Es joven, eso es un gran peligro en cualquier pelea, y es algo que debes tener en cuenta. Vergil es justo ese tipo de luchador, muy emocionante, agresivo. Desde mi derrota el año pasado aprendí a ser paciente. Esta es una pelea en la que buscamos controlar la distancia y llevarla a las rondas finales", reconoció en la previa. Sus palabras dejan claro el tipo de pelea. Ortiz siempre sale al buscar a su rival y lo volverá a hacer. Su golpe preferido es hook al hígado. Le gusta trabajar los planos y sacar mucho ritmo. Así ha anestesiado a todos sus rivales. Persigue un nuevo KO, otra victoria, esta vez ante los suyos, que le acerque a su sueño: ser campeón mundial.