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BOXEO

Pastrana cedió su corona ante Valle en una decisión dividida

Yokasta Valle se proclamó nueva campeona del mundo IBF del peso mínimo por decisión dividida. "Creo que en el primer asalto me volví a lesionar", aseguró la española.

Marbella
Yokasta Valle y Joana Pastrana, tras su combate.
Paco RodríguezDiario As

Nadie en el Arena Marbella de Puerto Banús se podía creer las palabras que el speaker de la velada acababa de pronunciar. Yokasta Valle se proclamaba campeona mundial del peso mínimo por la FIB al derrotar, por decisión dividida (96-94, 93-97 y 93-97), a Joana Pastrana. Tampoco ninguno de los presentes se esperaban las palabras de la española. “Desde el primer asalto noté algo mal en mi mano. Es la misma sensación que cuando me rompí la mano”, aseguró. Su mano derecha falló y el árbitro también, pues fue demasiado permisivo con la visitante, algo que a la postre fue clave. Pese a todo, la ya excampeona dejó un mensaje claro: “Hay Joana para rato”.

Pastrana comenzó muy bien. Quitándose todas las manos que le llegaban y contragolpeando con criterio, sobre todo con el jab. Dominaba y se gustaba. Desde el tercer asalto Valle apretó más y quiso cerrarle los huecos a la española. No lo conseguía, porque siempre se encontraba las mejores manos. A partir de ese momento, la costarricense demostró que haría todo lo posible, legal o ilegal, para ganar. Entraba con la cabeza por delante y pegaba golpes en la nuca  (prohibido), pero el árbitro no hizo nada más que alguna advertencia. Eso hizo que poco a poco se fuese creciendo y el quinto y sexto asalto fueron para ella claramente.

En el séptimo asalto, Pastrana conectó un tremendo upper con su derecha. Debía seguir ese camino, pero cada vez soltaba menos golpes con esa mano… más tarde todo tendría sentido. Pese a todo, Joana volvió a recuperar chispa y comenzó a quitarse manos. Contragolpeó, de nuevo, duro y recibía a la aspirante con golpes curvos con su mano adelantada. Lo necesario para ganar. En el último asalto Valle fue con todo y llegó el mayor reproche al árbitro por parte de la afición. Tres golpes en la nuca y dos cabezazos dejaron tocada a Joana, que aguantó… pero para los jueces no fue suficiente. Cedió su corona, pero su mente ya piensa en recuperarla. Joana siempre vuelve.