Santiago y Pujol abren las aguas saladas de Gwangju

Las aguas abiertas se han convertido en una especialidad profesional, no en un complemento para las nadadoras de fondo en piscina. Un ejemplo es el equipo español, que cuenta con un equipo de seis participantes, todos ellos, salvo la redebutante María Vilas, con una especificación íntegra en nado a mar abierto. Este sábado, a las 9:00, Raúl Santiago y Guillem Pujol abre las aguas de Gwangju con la prueba corta, la vertiginosa de 5 kilómetros.

El marco de esta carrera dura por las condiciones climatológicas, las olas y los golpes es el Parqué Oceánico de Yeosu, una población ubicada al sur del país (a casi dos horas en coche de Gwangju) que incluye 137 islas a su alrededor, un tercio de ellas habitadas. Para Ricardo Barreda, director técnico de aguas abiertas, las condiciones de la carrera son ideales. “Teníamos miedo a las altas temperaturas y a la humedad, pero no es así. Todo es habitual y cómodo. El agua es salada, lo que implica algún problema típico, pero está a 22 o 23 grados y el recorrido es cómodo. Han adelantado las pruebas debido al viento y al oleaje”.

Los nadadores que compitan en los 5 y los 10 kilómetros (esta última prueba clasificatoria para los Juegos Olímpicos) deberán dar tres o seis vueltas a un circuito de 1.666 metros. “El arco de llegada es bueno y las boyas son bajas pero anchas. Nadaremos en sentido a las agujas del reloj, algo poco habitual, pero ya tenemos experiencia”, comentó.

Fred Vergnoux, quien entrena a Raúl Santiago, comentó que “llega en su mejor momento”. A lo que Barreda se suma. “Hay 60 participantes y el nivel baja bastante porque todo el mundo se la juega en 10 kilómetros y no quiere arriesgar. Tanto Guillem como Raúl han dado un paso adelante, llegan más fuertes que nunca y se pueden abrir oportunidades. Estaría bien estar en el top-20, pero veremos cómo se desarrolla la carrera”, finalizó.