Harrison, saltador inédito: gana en altura y en longitud
El estadounidense, de 20 años, dominó en la NCAA en las dos disciplinas, algo nunca visto hasta ahora en 98 temporadas.
Los Campeonatos Universitarios de Estados Unidos de la NCAA son el vivero del atletismo norteamericano y mundial. Esta vez se disputaron en Austin, donde surgieron velocistas de futuro inmediato, casi presente, como Grant Holloway (12.98 en 110 vallas), Sha'Carri Richardson (10.75 en 100), Divine Oduduru (9.86 en 100)... e irrumpió JuVaughn Harrison, un saltador de lo más peculiar, capaz de ganar en longitud, con 8,20, y dos días después se llevó la altura con 2,27, disciplinas difícilmente compatibles. Es la primera vez que esto sucede en las 98 años de la NCAA.
De 20 primaveras, este sophomore (segunda temporada) de Louisiana State (LSU) es un proyecto de ingeniero biomédico que ha sabido encontrar el equilibrio entre la velocidad de batida del salto horizontal, con los tiempos pautados del vuelo vertical. El resultado es este. "Simplemente quería saltar y disfrutar. No estoy sorprendido", decía con sencillez, mientras se coloca en el top-15 del ranking planetario con marcas que le habrían hecho ser finalista en el último Mundial en las dos modalidades. El 2,27 de altura fue el segundo mejor registro de la historia de la NCAA. Su batida es explosividad pura y sus 198 centímetros (6,5 pies) de alto ayudan mucho al talento de Huntsville (Alabama).
Caso excepcional. "Es una polivalencia que a día de hoy en el atletismo moderno mundial no se ve, sobre todo en categoría masculina. Normalmente los saltadores de altura no llegan a la velocidad suficiente para hacer longitud, porque suelen ser muy altos. Y los de longitud muy pocas veces lo hacen, porque son muy explosivos y el tipo de batida es distinta", explica Raúl Chapado, presidente de la RFEA y para este caso antiguo triplista que coincidió con Christian Olsson, un sueco que comenzó con 2,28 en altura y luego pasó al triple (17,92). "Es el único caso similar". Pero la del triple no es la explosividad de la longitud, que para hacer 8,20 requiere entrar mínimo a ritmo de 10.40 el 100.
Harrison compitió hasta la temporada pasada en Sub-20 y tiene dos años universitarios por delante si no decide pasarse a profesional. Su caso es otro más de esos talentos de la NCAA. Comparte college con otro prodigio como Duplantis, el sueco de 6,05 en pértiga. Harrison también vuela, hacia arriba y adelante. "Es un equilibrio, un día entreno altura y otro longitud. No quiero enfocarme en un salto sólo, siempre dije que haría los dos". Un caso inédito.