El Barça acaba tercero, una pobre consolación en Colonia
Andersson y Palmarsson matan a cañonazos sus frustraciones con lanzamientos de 140 kilómetros por hora ante el Kielce
El Barcelona y el Kielce cumplieron con profesionalidad, pero sin pasión, el compromiso de jugar por el tercer puesto en la Final Four de Colonia, en un partido en el que en muchas ocasiones se juega con desgana y sin interés, y más para matar las propias frustraciones. Ganó el Barça por 40-35 (20-16) en un partido de esos en los que se notó que sin ese plus de intensidad las piernas se mueven con retraso a la hora de marcar los espacios defensivos por los que no de debe pasar el rival, y de ahí ese resultado impropio de dos equipos de altísimo nivel.
En el Barça, además, Andersson se quitó sus frustraciones de la semifinal con bombazos, como el que la lanzó a un segundo del descanso y que dio en la madera, y en el que le midieron 140 kilómetros por hora de rabia; como la ira de los 132 por hora de velocidad con la que tiró Palmarsson en el último paso en un pasivo. Gente con brazo que estará pensando dónde estaba esa vitalidad en la segunda parte del sábado ante el Vardar.
Había que ganar. Y ganó el Barcelona. Un tercer puesto que no maquilla el fracaso de perder contra un Vardar que estaba moribundo y revivió para en quince minutos descolocar al ataque y la defensa azulgrana. Ante el Kielce, sin Aginagalde (jugó dos ataques cojeando), con Cindric fundido despidiéndose de su equipo delante de los que serán sus compañeros en el Barcelona, con Alex Dujsebaev peleando por acabar como máximo goleador de la Champions, pero sin demostrar interés en ello (Moryto lanzó 10 penaltis), y con 16 exclusiones en total (ocho por cada equipo), el Barcelona tomó una ventaja de cinco goles, y la fue manteniendo con algunas reacciones del equipo polaco que metían miedo por momentos.