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TRIBUNALES

Pablo Ibar pierde los nervios y acusa al juez de parcialidad

El sobrino de Urtain, que este miércoles puede ser condenado a pena de muerte o cadena perpetua, se levantó del banquillo y señaló con el dedo a Bailey.

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Pablo Ibar pierde los nervios y acusa al juez de parcialidad

Pablo Ibar, sobrino del mítico boxeador Urtain, podría conocer este miércoles (hacia las 18:00 horas peninsulares, según fuentes de su defensa) la decisión sobre su futuro del mismo jurado que el pasado 19 de enero le declaró culpable de un triple asesinato en 1994. Caben dos posibilidades: la muerte por inyección letal, y para ello debe haber unanimidad de los 12 miembros del jurado, o cadena perpetua.

En esa angustia vital, el español de 47 años que ha pasado 25 en prisión y 14 de ellos en el corredor de la muerte, perdió el lunes el temple que ha mostrado siempre en el banquillo del juzgado de Fort Lauderdale (Florida). Ibar se levantó, y señalando con su dedo al juez Dennis Bailey, le acusó de “favorecer” constantemente a la Fiscalía, que pide la pena capital y de ir en su contra por rechazar numerosas peticiones de la defensa en esta segunda parte del juicio. El magistrado acababa de permitir la comparecencia de un preso del corredor de la muerte que había denunciado amenazas por parte de Ibar. Y este estalló.

Antes, Bailey había autorizado la intervención de seis familiares de las víctimas para que contaran cómo les afectó en sus vidas, pero prohibió que un psicólogo hablara sobre las consecuencias que tendría la desaparición de Ibar para sus dos hijos, de 7 y 12 años. Para Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, una clara “falta de imparcialidad”.

Sí pudieron ayer intervenir en favor de Ibar el embajador de España en EE UU, Santiago Cabanas, y el cónsul en Miami, Cándido Creis, así como su padre Cándido, sus tres hermanos y su esposa Tanya.

Tanya confió en llegar “al corazón” de alguno de los testigos para evitar la unanimidad. En cualquier caso, la Asociación y la familia de Ibar ya han anunciado que recurrirán, sea cual sea la decisión, lo que alargaría el proceso (y es el cuarto juicio ya) varios años más. Para este cuarto juicio, se consiguieron 1,3 millones de dólares para costear el carísimo recorrido legal.