VELA | TROFEO PRINCESA SOFIA IBEROSTAR
Iker Martínez y Olga Maslivets: "Los dos tenemos mucho carácter y eso une"
Son los dos regatistas más veteranos del equipo preolímpico español y con gran experiencia olímpica. Estar en los JJ.OO. de Tokio 2020 es su objetivo. " Si fuera así no estaríamos aquí"
La tripulación española de la clase Nacra17, formada por Iker Martínez y Olga Maslivets, es la más 'veterana' del equipo preolímpico y consideran que el camino hacia Tokio 2020 no será nada fácil, aunque, "los dos tenemos mucho carácter y eso crea algunos problemas, pero muchas veces une más que separa. Nos entendemos bien y soy muy positiva respecto a los Juegos,porque estamos trabajando muy bien y duramente para ello; tener mucho carácter es importante para ser olímpico".
Martínez, de 41 años, junto a Xavi Fernández,campeón olímpico de la clase 49er. en Atenas 2004 y subcampeón en Pekin 2008 y tres veces campeón del mundo, aspira a sus cuartos Juegos con la espina clavada de no haber podido participar en Río 2016, tras presentar un recurso después de una lesión que sufrió compitiendo en el Mundial de Miami en febrero y ser desestimado por la RFEV.
Desde inicios de 2017 compite con la ucraniana Olga Maslivets, que en noviembre de 2017 se nacionalizó española por carta de naturaleza, como tripulante. Maslivets, de 40 años, aspira a sus quintos juegos, después de haberlo hecho en Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, donde fue cuarta en la clase RS:X.
Fue entrenadora del equipo ucraniano en Río 2016 y ahora afronta su debut en esta nueva clase.
Desde que formaron equipo han competido en diez pruebas y han estado en el 'Top Ten' en 8 de ellas, logrando el bronce en la Copa de Mundo de Hyères en abril del año pasado.
El golpe más amargo, a principios de agosto de 2018 en el Mundial de Aarhus (Dinamarca) cuando no se les permitió competir por una supuesta manipulación técnica a su Nacra17. Además, la World Sailing (Federacion Internacional) podría haberles aplicado una sanción de hasta dos años de inhabilitación.
Iker se reafirma en que, "eso fue algo totalmente ilógico, no podía ser de ninguna manera y no entendía nada. En todo caso, fue un desastre y sigo sin entender como se llegó a una situación como esa".
"Creo que se les fue el tema de las manos y, al final, quien quedó mal fue la Federación Internacional ya que se quedó en nada puesto que se demostró que no fui yo quien manipuló el barco. Yo lo he olvidado ya porque si algo aprendemos en el deporte de alto nivel es a saber superar malos momentos, aprender de ellos y tirar adelante", ha añadido.
"Aún así todo eso", incide Iker, "ha tenido una serie de efectos negativos como no habernos dejado competir en el Mundial, porque no teníamos otro barco allí, no poder dedicarnos a nada más que resolver ese tema, algo de lo que no teníamos ni idea de como afrontar un tema medio legal; algo que todavía no he terminado de entender y de que la justicia, en muchos casos, es muy enrevesada y hace que se lleguen a situaciones totalmente ilógicas y sin sentido".
"La parte positiva de esto es que si estas complicaciones y estos líos no nos han 'machacado' como equipo, significa que somos un equipo muy sólido y que ha salido más fuerte. Creo que de los 50 o 60 Nacra17 que están ahora en Palma, muchos no habrían seguido".
Finalmente, pudieron competir en la Copa del Mundo de Miami a finales de enero, quedando en séptima posición
Después de una lesión que le impidió poder competir para estar en Río 2016, Iker explica que, "no tengo una espina clavada por eso, creo se transformó más en una tranquilidad porque la exigencia que teníamos ya no fue necesaria. Ahora, todo lo que venga ya es como de regalo; mi sueño ya está cumplido, pero aún así ya vuelvo a exigirme, a ilusionarme por competir en unos Juegos y te aseguro que mucho".
Cree que aún es pronto para hablar de recta final hacia los Juegos. "Esta llegará en los últimos meses antes de Tokio, aunque es cierto que nos gustaría tener más experiencia porque la clase Nacra17 es muy nueva y, a pesar de la veteranía de Olga y mía, casi somos principiantes".
"Si no tuviéramos muchas ganas hoy no estaríamos aquí. Además, ahora ya tenemos el barco aquí -en la Copa del Mundo de Miami compitieron con un barco alquilado- y lo estamos preparando para, posteriormente, en el verano, enviarlo a Japón para competir en un 'test' olímpico y la Copa del Mundo, ambos eventos muy importantes".
"Ya competí en Japón una vez y es un país muy diferente y espero poder estar allí diez días para poder aclimatarnos a los campos de regatas de Enoshima", ha avanzado.
El primer objetivo de Iker y Olga es lograr la plaza olímpica para el país en el Mundial de la clase, que se celebrará a finales de noviembre en Auckland (Nueva Zelanda) y luego superar la selección interna por el país y "para eso tenemos que mejorar, aprender lo máximo del barco y todo eso compaginarlo con nuestras vidas, nuestras familias.
"La parte buena es poder ganar experiencia y la menos buena es tener más cargas, menos tiempo que la gente que no tiene familia, pero el conjunto hace que la experiencia tenga mucho valor", concreta.
También considera que la medalla de oro del argentino Santiago Lange, con 57 años, en la clase Nacra17 de los JJ.OO. de Río, "nos mató a todos porque demostró que la experiencia es importantísima y que fue capaz de ganar unos Juegos. Si lo pongo como referencia a él, a mí aún me quedan quince años de competición; lo positivo de eso es que te anima a tirar adelante".
Olga Maslivets explica que, " Iker es un compañero muy duro, muy exigente, pero cada día aprendemos algo nuevo juntos. Nos conocíamos desde hace muchos años, yo vivo en España desde hace casi nueve años y decidí navegar con él en los Nacra".
El retorno de Iker a la vela oceánica puede también estar cerca. Dice que tiene muchas ganas y, por supuesto y si tengo oportunidad, volveré".
"A mi me gustaría. En la última vuelta al mundo mi situación, con cambios importantes en mi vida, era distinta a la actual y ni me lo planteé porque no era el momento. Ahora estoy ya asentado en Palma, los niños han crecido un poco, etc.
Esta, vez, sin embargo, si podría ser el momento, porque el barco es un prototipo (un Imoca 60) que me gusta mucho, la vuelta al mundo es parecida a la que hice con el 'Telefónica' en su momento y creo que puedo aportar mucho y, la verdad, me apetece aunque no tengo prisa", ha concluido.