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ESGRIMA

Yulen Pereira: “Quiero cambiar la visión de la esgrima”

Yulen Pereira, plata en el Grand Prix de Qatar, mira a los Juegos de Tokio 2020. "Estoy convencido de que quiero ser un icono, como Carolina, Lydia...”.

Yulen Pereira: “Quiero cambiar la visión de la esgrima”
CHEMA DIAZDIARIO AS

Yulen Pereira es tan directo como su esgrima. “Quiero revolucionar la percepción que existe de mi deporte, hacerlo algo atractivo, que la gente quiera hacer esgrima”, relata este espadista madrileño, de 23 años, que fue plata en el Grand Prix de Doha. “He cambiado las dietas, la forma de entrenar y todo. Para rendir al máximo. El trabajo ya da frutos. Aunque en este mundo de la espada tiene muchos altibajos”.

Estrella en categorías inferiores, Pereira reconoce que le ha costado dar el paso con los mayores. “Es otra Liga, otro juego, otro físico, pero te vas adaptando a base de experiencia y eso te hace mejor tirador”, sigue Yulen, que compite en la especialidad que más éxitos ha dado a la esgrima española y madrileña. Pirri fue bronce olímpico y Manuel Pereira, su padre, campeón mundial en 1989. “Ojalá pueda seguir esa tradición. Son iconos para mí, gente importantísima”.

La figura de Manuel Pereira ha sido “un referente” y le entrena junto a Ángel Fernández: “Ha sido fundamental que mi padre esté cerca para salir adelante. Porque este deporte tiene partes muy duras, hay muchos bajones, sacrificio... E incluso hay que hacer una inversión. Cuando estás mal, nadie quiere saber de ti”. Y ahí estaba su padre.

Pereira reincide en los cambios físicos que le han hecho mejorar: “Perdí más de cinco kilos de grasa, y gané músculo. Psicológicamente te ayuda, te ves más ligero en la pista. Y a nivel mental, controlo mucho más, me lanzaba a lo loco”, sigue Yulen, estudiante de Psicología, que trabaja la faceta mental con Javier Ayuso: “La cabeza en el deporte de alto nivel es clave y estar bien te hace confiar en tus acciones”.

Eso sí, Yulen Pereira es consciente de que no es un tirador convencional: “Se me ha dicho que soy creativo, que hago tocados inesperados y poco ortodoxos. Es un poco controlar tu propia locura y sé cómo hacerlo”.

Porque lejos de la figura clásica del esgrimista, Pereira es un producto de la vida urbana del siglo XXI. “El problema es que a veces ves a una persona y ya te está catalogando. Voy con mis casquitos, bailando... Dirán que estoy loco, pero luego te toco. Mi madre es cubana y dicen que de ahí puede venirme el flow”, se ríe Yulen, que confiesa una manía: “Voy al peluquero antes de cada competición. Es como mi familia. Ya me dice: '¿dónde vamos esta vez?”.

En mayo empieza la carrera hacia los Juegos. “Por equipos está difícil y luego van los dos mejores tiradores europeos. Una de esas plazas es la que yo estoy buscando. Es un objetivo realista”, explica Pereira, convencido de que puede ser alguien importante: “Yo puedo y lo siento. Quiero ser un influyente con la esgrima y cambiar la visión que existe de este deporte. Estoy convencido de que quiero ser un icono, como Carolina, Lydia...”. Y mira a Tokio 2020: “Voy a estar allí”.