“La pesca deportiva y de recreo aporta 4.000 millones al PIB"
José Luis Bruna, en su cuarto mandato en la Federación Española, repasa la situación actual de la pesca deportiva en España.
Está en su cuarto mandato al frente de la Federación Española de Pesca, y José Luis Bruna (Barcelona, 1948) presume de que vive tiempos de paz porque en las últimas elecciones fue el único candidato, sin votos en contra y sin abstenciones, en una época en la que él ha sido el abanderado en la lucha contra la Ley de 2007 sobre especies exóticas e invasoras en los ríos españoles. “Prácticamente dejaban a los pescadores sin posibilidades de practicar su deporte”. Y esa es, sin duda, una de sus luchas más importantes desde que lidera la Federación, casi más como jurista que como pescador. “La pesca te engancha, y apasiona y no la puedes dejar”, asegura Bruna, que ha practicado una amplia variedad de deportes.
“Según los estudios más serios, la pesca como actividad deportiva y recreativa aporta unos 4.000 millones anuales al Producto Interior Bruto español, el 0,4 por ciento del PIB”, presume el presidente, que sin embargo siente que su deporte se encuentra con demasiadas barreras a la hora de poder organizarse. “La mayoría de los deportes tienen como interlocutor al Consejo Superior de Deportes. La pesca deportiva, no; es otra cosa: tienes que hablar con el CSD, y luego con el Ministerio de Medio Ambiente, y con 17 consejeros de Medio Ambiente de las comunidades autónomas, y con las autoridades de las cuencas de los ríos... No lo tenemos fácil”, asegura Bruna, quien sostiene que él es “una persona de pactos, de convenios en todos los órdenes”.
Reglamentos dispares. Para él hay situaciones esperpénticas, y pone el ejemplo de Cataluña, donde presidió antes la territorial. “Hay un río que divide Aragón y Cataluña, y en el que se mantenía un equilibrio entre los pescadores de ambas partes; pero llegaron políticos nuevos a la Generalitat, cambiaron las normas, y pescar en su margen es casi un delito”, recuerda.
Sostiene que a su edad “ya se pueden decir ciertas cosas”, y es quien ha encabezado un movimiento popular en el medio rural para luchar contra la Ley de 2007 de las especies invasoras y exóticas. “Nosotros teníamos más de cien mil federados, pero esa ley nos ha ido mermando, porque los aficionados han ido perdiendo opciones de pescar al quedar muy limitados con esa Ley. Por eso iniciamos unas actuaciones, para paralizarla e instar su modificación. Los pescadores, somos los primeros interesados en salvaguardar el medio ambiente, los mejores bioindicadores de la calidad de los sistemas acuáticos”, asegura Bruna de manera vehemente. Y recuerda que a esa plataforma que iniciaron los pescadores “se unieron las farmacias, la hostelería y hasta los dueños de los surtidores de gasolina” para concentrar a “300.000 manifestantes en Madrid el 5 de julio de 2016”.
No teme que pueda perder más federados “porque en España hay unos cuatros millones de aficionados a la pesca, que la practican de manera recreativa; y es la cantera de la Federación Española”.
Cuando él era el presidente de la Catalana, esa Federación “aportaba un tercio de los deportistas nacionales de pesca”, pero actualmente, “y con las limitaciones que existen”, ha cambiado el orden nacional. “Ahora la líder es la Federación Valenciana, por el número de licencias y por lo saneado de su economía. Hace un trabajo muy serio y está logrando muchos éxitos. Y luego la Andaluza, por ejemplo”.
Eso sí, el suyo es un deporte de aficionados “en el que no existen los profesionales”, ni siquiera el presidente “porque el cargo es a título gratuito”, aunque su Federación tiene un presupuesto anual de un millón de euros “con unos recursos propios que son del ochenta por ciento, porque el Consejo Superior de Deportes da una subvención de unos 200.000 euros, tanto para el trabajo nacional como para las selecciones”.
Destaca que la pesca deportiva es sin muerte, que salvo en una modalidad, “porque se estima que el daño puede ser irreparable, y esa pesca se reparte luego a comedores de beneficencia”, los peces son devueltos a los ríos o al mar, con lo que se trata de cuidar “la imagen distorsionada que se quiere dar a este deporte”.
Reflexiona acerca de la exigencia física de la pesca, “porque no se trata de estar sentado con una caña”. “Por ejemplo, en las competiciones se lanza con cañas de hasta nueve metros (pueden costar más de 1.200 euros), con rapidez, y cuenta más la técnica que la potencia, y la estrategia del estudio de las corrientes de los ríos, y luego llevar la carga, y tandas de cuatro horas, y la velocidad”, con lo que Bruna explica que los mejores “son unos deportistas en toda regla, con la exigencia de una buena preparación”.
“Y no es que la pesca deportiva sea algo menor, no. La Confederación Internacional cuenta con más de 130 federaciones nacionales”, dice Bruna, quien también apunta que “en algunos países hay una federación para cada una de las cuatro modalidades más importantes de pesca”, pero en España todas están reunidas en el mismo organismo: fluvial, costera, altura y casting (lanzamiento y precisión).
¿Y cómo está España en el ranking mundial de pesca? Para el presidente José Luis Bruna, en este momento sus deportistas “son referentes internacionales en salmónidos”, por ejemplo. En esa modalidad, en la que está la popular pesca de la trucha con mucha afición, España es una potencia en el medallero.
¿Es un deporte masculino? “Según los números, las licencias nos dicen que los hombres duplican a las mujeres, pero eso es en la competición, porque en la pesca recreativa seguramente se iguala”, y recuerda que “unos meses antes de que la Selección de fútbol ganase el Mundial en Sudáfrica, la femenina española de pesca allí mismo también ganó su primer Mundial, aunque no tuvo reconocimiento institucional alguno”.
Entre los objetivos del presidente está la creación de “escuelas de pesca, que hay que hacer con las territoriales”, porque él tiene claro cuáles son las competencias de cada uno, aunque sí es partidario de impulsarlas en todo el país: “En algunas disciplinas es prácticamente imposible ser autodidacta; se necesitan profesores, gente que te enseñe a conocer los ecosistemas acuáticos, a lanzar la caña, a usar el cebo”.
La Confederación Internacional reconoce una veintena de diferentes modalidades “de las que hay campeonatos del mundo”. Pero eso es poco para la Federación Española, cuyo presidente reconoce que “se adaptan a los nuevos tiempos”.