Youba Sissokho olvida su calvario a base de medallas

“Puede que sea cáncer”. Esa es la frase que recibió Youba Sissokho después de realizar su primer entrenamiento en Río de Janeiro antes de los Juegos de 2016. El hispano-senegalés, de 25 años en ese momento, había viajado a su cita más importante con un bulto en el cuello. Los médicos le permitieron acudir, no daban con el diagnóstico. Le dijeron que no sería nada… aunque luego le dieron la noticia. Podía seguir compitiendo, pero su cabeza estaba en otra parte.

Pese al varapalo y no poder hacer una preparación optima, salió al ring. La fortuna no estaba con él. Se cruzó con el campeón mundial, el uzbeko Giyasov (-69 kg). Perdió en primer ronda y las críticas fueron exageradas. “Tenía que haber sido la mejor experiencia de mi vida, pero fui lesionado y tras todos los comentarios fueron los meses más duros que he pasado”.

Al regresar, y tras una segunda opinión, el diagnóstico cambió. Tenía una lesión en el hombro que generó el bulto. Fue operado y tras casi dos años en el dique seco ha vuelto en 2018 mejor que nunca. Oro en el Nacional, bronce en los Juegos del Mediterráneo y este domingo plata en el Campeonato de la Unión Europea, los tres torneos más importantes del año. Maravilla y su cabeza es otra. “Estoy disfrutando de una segunda oportunidad. Sólo pienso en Tokio para demostrar mi valía”, avisa. Sissokho va a por la redención.