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ATLETISMO | BRUNO HORTELANO

"El Camino de Santiago no es distinto a un ciclo olímpico"

Bruno Hortelano hizo 854 kilómetros en 45 días para llegar desde San Juan de Luz a Santiago. Hizo el Camino del Norte, el Primitivo y el Francés.

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"El Camino de Santiago no es distinto a un ciclo olímpico"
Bruno Hortelano.

Bruno Hortelano no conocía el norte de España y ahora habla de cada rincón de la zona con una familiaridad tremenda. De Asturias, de la Ruta Primitiva, de Sarria… El plusmarquista español de 100, 200 y 400 acaba de concluir el Camino de Santiago. “Invertí 45 días y recorrí 854 kilómetros o eso pone en mi Compostela. Cuando llegué con unos amigos a Santiago me emocioné y lloré”, cuenta el velocista para el que el Camino “es una metáfora de la vida”: “Todos son distintos y puedes elegir. Nunca es igual”.

Hortelano confiesa que iba “pensando en ver paisajes maravillosos”: “Los vi y eran bellos, pero eso al final es un detalle. Lo principal es el viaje interior, porque vas conociendo a gente que te abre la mente y el corazón”. Bruno, de 27 años, siempre fue espiritual y en la temporada de su regreso, tras el grave accidente de tráfico de 2016, reconoce que terminó “cansado”: “Me hacía falta para desconectar del deporte y a nivel personal”.

El ‘peregrino’ Hortelano partió de San Juan de Luz, en Francia. “Levantarse, caminar, descansar”, cuenta Bruno, que hizo paradas largas en San Sebastián o en Bilbao, donde se encontró con sus padres. En Instagram avisaba a sus fans y quedaba en las paradas a tomar unos pinchos. “Hay que definir lo qué es conocer, pero sí habré estado con cientos de personas”. Por ejemplo, en Castro Urdiales se encontró con el lanzador Carlos Tobalina. Y le marcaron historias como la de una checa que anduvo con su perro desde Praga: “¡Llevaba medio año caminando!”.

Hortelano se encontró con Tobalina en Castro Urdiales.
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Hortelano se encontró con Tobalina en Castro Urdiales.

“Compartes tramos con personas y aprendes a decir adiós para siempre, no las vas a ver más. Por eso es una metáfora”, reflexiona Hortelano, que habla del “día más duro”: “Fue en la Ruta de los Hospitales, en el Camino Primitivo, después de Tineo, podías tomar dos rutas: bajabas un valle o acortabas por la cumbre. Por allí fuimos. Con niebla era peligroso. Preguntamos a los locales y hacía bueno, pero empezamos a subir y se puso a diluviar. Nos nevó. Íbamos empapados”.

Empezó el 29 de septiembre y llegó a Santiago el 14 de noviembre, 45 días después. “Debería haber acabado una semana antes,”, dice Bruno, que no hará pista cubierta: “Queda mucho para los Mundiales de Doha, en octubre, y hemos cambiado todo el plan”. De Doha enganchará con la preparación para Tokio 2020. “Tengo un objetivo que cumplir. Esto no ha terminado”. Y sella: “El Camino no es muy distinto a un ciclo olímpico, sólo que esto lo vives de manera más intensa”.

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